Barreras preexistentes :
- Barreras físicas:Las capas externas de los tejidos vegetales, como la cutícula y las paredes celulares, actúan como barreras físicas que los patógenos deben superar para entrar e infectar la planta. Barreras más gruesas o complejas pueden proporcionar resistencia contra una gama más amplia de patógenos.
- Barreras químicas:Las plantas producen diversos compuestos antimicrobianos, incluidas las fitoanticipinas (constitutivas) y las fitoalexinas (inducidas tras la infección). Estos compuestos pueden inhibir o matar patógenos antes de que establezcan una infección.
Reconocimiento y Señalización :
- Receptores de reconocimiento de patrones (PRR):las plantas poseen PRR que pueden reconocer moléculas conservadas asociadas con patógenos, conocidos como patrones moleculares asociados a patógenos (PAMP). Este reconocimiento desencadena respuestas de defensa, incluida la producción de compuestos antimicrobianos y la activación de genes relacionados con el sistema inmunológico.
- Inmunidad activada por efectores (ETI):algunos patógenos secretan efectores, moléculas que pueden suprimir las respuestas inmunitarias del huésped. Sin embargo, las plantas han desarrollado genes de resistencia (R) que reconocen efectores específicos, lo que lleva a la ETI. Este reconocimiento desencadena una sólida respuesta de defensa que a menudo resulta en resistencia ajena al huésped.
Coevolución huésped-patógeno :
- Relación gen por gen:La interacción entre los genes R de las plantas y los genes de avirulencia de patógenos (Avr) sigue la hipótesis de gen por gen. Si una planta carece de un gen R específico correspondiente al gen Avr de un patógeno, el patógeno puede causar una enfermedad. Esta carrera armamentista coevolutiva conduce a la resistencia del no huésped cuando las plantas poseen genes R eficaces contra los genes patógenos Avr.
- Escape y contradefensa:los patógenos pueden evolucionar para superar la resistencia del huésped adquiriendo mutaciones en los genes Avr o adquiriendo nuevos efectores. En respuesta, las plantas pueden desarrollar nuevos genes R o modificar los existentes para mantener la resistencia.
Factores genéticos y ambientales :
- Genética vegetal:la diversidad genética entre especies y cultivares de plantas influye en su susceptibilidad a los patógenos. Algunas variedades de plantas poseen genes de resistencia natural o combinaciones de genes que confieren resistencia al no huésped contra patógenos específicos.
- Condiciones ambientales:Los factores ambientales como la temperatura, la humedad y la disponibilidad de nutrientes pueden influir en la salud de las plantas y las respuestas de defensa. Las condiciones estresantes pueden debilitar las plantas y hacerlas más susceptibles a los patógenos.
Interacciones del microbioma :
- Microbios beneficiosos:las plantas albergan microorganismos beneficiosos, incluidos endófitos y rizobacterias, que pueden contribuir a la resistencia de no huéspedes. Estos microbios beneficiosos pueden producir compuestos antimicrobianos, competir con patógenos por recursos o inducir resistencia sistémica en la planta.
En conclusión, la resistencia no huésped es un fenómeno complejo influenciado por varios factores, incluidas barreras preexistentes, mecanismos de reconocimiento y señalización, coevolución huésped-patógeno, diversidad genética, condiciones ambientales e interacciones con microbios beneficiosos. Comprender estos factores es crucial para desarrollar estrategias sostenibles de manejo de enfermedades y mejorar la resistencia de los cultivos contra los patógenos.