Las plantas de garbanzo producen una proteína llamada factor de transcripción WRKY, que desempeña un papel clave en la respuesta de defensa de la planta contra el tizón. Al insertar el gen responsable de producir el factor de transcripción WRKY en plantas de mostaza, los científicos pueden potencialmente conferir resistencia a la enfermedad. Este enfoque ha mostrado resultados prometedores en experimentos controlados y se están realizando pruebas de campo para evaluar la eficacia de este método en condiciones del mundo real.
El uso de genes de garbanzo para mejorar la resistencia a enfermedades en las plantas de mostaza es un avance interesante en la biotecnología agrícola. Si tiene éxito, este enfoque podría reducir significativamente las pérdidas de cultivos debido a la plaga y mejorar los medios de vida de los agricultores de mostaza en todo el mundo. Sin embargo, es importante señalar que la ingeniería genética sigue siendo una tecnología controvertida y que el uso de genes de garbanzo en plantas de mostaza puede enfrentar desafíos regulatorios y preocupaciones sociales.