"Este es un gran avance en el fitomejoramiento", afirmó el autor principal, Neal Van Alfen. "Al combinar el poder de la genómica con la sabiduría del mejoramiento tradicional, ahora podemos desarrollar cultivos que se adapten mejor a las necesidades de un mundo cambiante".
El nuevo enfoque comienza con la secuenciación del genoma de la especie vegetal objetivo. Esta información luego se puede utilizar para identificar los genes que controlan rasgos importantes, como la resistencia a las enfermedades, la tolerancia a la sequía y el rendimiento. Una vez identificados estos genes, se pueden transferir a otras plantas mediante métodos de reproducción tradicionales.
"Este enfoque nos permite combinar lo mejor de ambos mundos", dijo la coautora Jennifer Cockrell. "Podemos utilizar la genómica para identificar los genes que controlan rasgos importantes, y luego podemos utilizar métodos de reproducción tradicionales para introducir esos genes en cultivos que ya están adaptados a las condiciones locales".
Los investigadores ya han utilizado su nuevo enfoque para desarrollar una serie de nuevas variedades de cultivos, incluida una variedad de trigo resistente a la roya del tallo, una enfermedad que puede causar pérdidas devastadoras en los cultivos de trigo. También están trabajando en el desarrollo de nuevas variedades de arroz, maíz y soja que sean más nutritivas y mejor adaptadas a las condiciones climáticas cambiantes.
"Creemos que este nuevo enfoque tiene el potencial de revolucionar el fitomejoramiento y ayudarnos a afrontar los desafíos del siglo XXI", afirmó Van Alfen. "Al combinar el poder de la genómica con la sabiduría del mejoramiento tradicional, podemos crear cultivos que sean más productivos, más nutritivos y más resistentes al cambio climático".