Las bacterias comensales son los billones de microorganismos que residen en el cuerpo humano sin causar ningún daño. De hecho, desempeñan un papel vital en el mantenimiento de la salud al ayudar a la digestión, sintetizar vitaminas y educar al sistema inmunológico. Sin embargo, en determinadas circunstancias, estas bacterias beneficiosas pueden convertirse en patógenos y provocar infecciones y enfermedades.
El equipo de investigación se centró en un tipo específico de bacteria intestinal llamada Enterobacteriaceae, que incluye habitantes comunes como Escherichia coli (E. coli). Estas bacterias suelen ser inofensivas, pero pueden provocar infecciones potencialmente mortales en personas inmunodeprimidas o cuando traspasan la barrera intestinal y entran en otras partes del cuerpo.
Utilizando una combinación de técnicas genéticas y moleculares, los investigadores identificaron un interruptor genético clave que controla la transformación de enterobacterias de bacterias comensales inofensivas a patógenos causantes de enfermedades. Este cambio está regulado por una proteína llamada Fis, que actúa como regulador maestro de la expresión genética.
Cuando Fis está en su forma activa, mantiene bajo control la expresión de genes de virulencia, evitando que la bacteria cause enfermedades. Sin embargo, cuando Fis se inactiva o se reduce su actividad, se desata la expresión de genes de virulencia, lo que lleva a la producción de toxinas y otros factores que permiten a la bacteria invadir y causar enfermedades.
Los investigadores también descubrieron que ciertos factores ambientales, como los antibióticos, pueden influir en la actividad de Fis y promover la transformación de bacterias comensales en patógenos. Los antibióticos pueden alterar el delicado equilibrio de la microbiota intestinal, permitiendo que proliferen bacterias dañinas y potencialmente provocando infecciones.
Este descubrimiento abre nuevas vías para el desarrollo de estrategias terapéuticas para combatir enfermedades infecciosas. Al apuntar a la proteína Fis o al interruptor genético que controla, los científicos pueden prevenir la transformación de bacterias intestinales inofensivas en patógenos y reducir el riesgo de infecciones, particularmente en individuos vulnerables.
El estudio destaca la importancia de mantener un equilibrio saludable de la microbiota intestinal y las posibles consecuencias de alterar este equilibrio. Al comprender los mecanismos subyacentes a la transformación de bacterias comensales en patógenos, los investigadores pueden allanar el camino para intervenciones terapéuticas más efectivas y mejores resultados para los pacientes.