Un equipo de científicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha revertido una comprensión de larga data sobre cómo actúan en las células dos hormonas clave, el estrógeno y la progesterona. Sus hallazgos, publicados en la revista *Cell*, podrían conducir a nuevos tratamientos para una variedad de enfermedades, incluidos el cáncer y la infertilidad.
Durante décadas, se creyó que el estrógeno y la progesterona actuaban uniéndose a receptores en el núcleo de las células, donde activaban o desactivaban genes. Sin embargo, el equipo de la UCSF descubrió que estas hormonas también pueden funcionar uniéndose a receptores en la superficie de las células, donde activan diferentes vías de señalización.
"Este es un cambio de paradigma importante en nuestra comprensión de cómo funcionan estas hormonas", afirmó el autor principal, el Dr. Kevan Shokat. "Abre nuevas posibilidades para desarrollar fármacos que se dirijan a estas hormonas de diferentes maneras".
El estrógeno y la progesterona son dos de las hormonas más importantes del cuerpo femenino. Se encargan de regular el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia. También desempeñan un papel en la salud ósea, la salud del corazón y el estado de ánimo.
Los hallazgos del equipo de la UCSF podrían conducir a nuevos tratamientos para una variedad de enfermedades causadas por desequilibrios en los niveles de estrógeno y progesterona, como el cáncer, la infertilidad y la osteoporosis.
"Estamos entusiasmados de explorar las posibles aplicaciones terapéuticas de esta nueva comprensión de cómo funcionan el estrógeno y la progesterona", dijo Shokat. "Creemos que nuestros hallazgos podrían conducir a nuevos tratamientos que sean más efectivos y tengan menos efectos secundarios".
El equipo de la UCSF utilizó una variedad de técnicas para estudiar cómo funcionan el estrógeno y la progesterona en las células. Descubrieron que estas hormonas pueden unirse a dos receptores diferentes:el receptor nuclear y el receptor de membrana.
El receptor nuclear está ubicado en el núcleo de las células, donde activa o desactiva genes. El receptor de membrana se encuentra en la superficie de las células, donde activa diferentes vías de señalización.
El equipo descubrió que el estrógeno y la progesterona pueden unirse tanto al receptor nuclear como al receptor de membrana. Sin embargo, los efectos de estas hormonas son diferentes según a qué receptor se unen.
Cuando el estrógeno se une al receptor nuclear, activa genes responsables del crecimiento y la proliferación celular. Cuando el estrógeno se une al receptor de membrana, activa vías de señalización que son responsables de la diferenciación y supervivencia celular.
De manera similar, cuando la progesterona se une al receptor nuclear, activa genes responsables de preparar el útero para el embarazo. Cuando la progesterona se une al receptor de membrana, activa las vías de señalización responsables de mantener el embarazo.
Los hallazgos del equipo sugieren que el equilibrio entre la señalización nuclear y de membrana es fundamental para el funcionamiento normal del estrógeno y la progesterona. Los desequilibrios en este equilibrio pueden provocar una variedad de enfermedades, como cáncer, infertilidad y osteoporosis.
Los hallazgos del equipo de la UCSF podrían conducir a nuevos tratamientos para una variedad de enfermedades causadas por desequilibrios en los niveles de estrógeno y progesterona.
Por ejemplo, en pacientes con cáncer de mama, el estrógeno puede unirse al receptor de membrana y activar vías de señalización que promueven el crecimiento y la proliferación celular. Esto podría conducir al desarrollo de nuevos fármacos que se dirijan al receptor de membrana y bloqueen el crecimiento de las células del cáncer de mama.
En pacientes con infertilidad, la progesterona puede unirse al receptor de membrana y activar las vías de señalización responsables de mantener el embarazo. Esto podría conducir al desarrollo de nuevos fármacos dirigidos al receptor de membrana y ayudar a las mujeres a concebir.
En pacientes con osteoporosis, el estrógeno puede unirse al receptor nuclear y activar genes responsables de la formación de hueso. Esto podría conducir al desarrollo de nuevos fármacos dirigidos al receptor nuclear y ayudar a prevenir la osteoporosis.
El equipo de la UCSF está explorando actualmente las posibles aplicaciones terapéuticas de sus hallazgos. Creen que sus hallazgos podrían conducir a nuevos tratamientos que sean más eficaces y tengan menos efectos secundarios.