La sangre sintética es un sustituto de la sangre elaborado a partir de materiales artificiales. Está diseñado para realizar las mismas funciones que la sangre humana, como transportar oxígeno y nutrientes a las células y eliminar productos de desecho.
Hay varias razones por las que todavía no tenemos sangre sintética.
Una razón es que la sangre es un fluido muy complejo. Está compuesto por una variedad de células, proteínas y otras moléculas diferentes que trabajan juntas para mantener el cuerpo funcionando correctamente. Crear una sangre sintética que pueda imitar todas las funciones de la sangre humana es una tarea muy difícil.
Otra razón por la que todavía no tenemos sangre sintética es que debe ser segura para su uso en el cuerpo humano. La sangre sintética debe estar libre de contaminantes que puedan causar reacciones alérgicas u otros efectos adversos. También debe poder resistir el sistema inmunológico del cuerpo sin ser rechazado.
Por último, la producción de sangre sintética debe ser asequible. Si la sangre sintética es demasiado cara, no será una alternativa viable a la sangre humana.
A pesar de los desafíos, ha habido algunos avances en el desarrollo de sangre sintética. En 2008, investigadores de la Universidad de California en San Francisco crearon un sustituto de la sangre sintético llamado HEMOPURE. HEMOPURE está elaborado a partir de hemoglobina, que es la proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno. Se ha demostrado que HEMOPURE es seguro y eficaz en ensayos clínicos. Sin embargo, todavía no está ampliamente disponible.
El desarrollo de sangre sintética es un área de investigación prometedora. Sin embargo, todavía hay una serie de desafíos que deben superarse antes de que la sangre sintética pueda usarse como una alternativa rutinaria a la sangre humana.