Los dientes de esta especie, llamada 'Adelospondyli', no se parecen a los de ningún otro anfibio vivo o extinto conocido. Son los animales más antiguos que se sabe que han desarrollado sables que no se habrían utilizado para masticar, desgarrar o agarrar, sino para exhibirlos, concluye la investigación.
Los hallazgos indican que la evolución de los "dientes de sable" no se limita a los mamíferos, sino que ocurrió de forma independiente en grupos de vertebrados lejanamente relacionados.
Los dientes en forma de sable son raros entre los anfibios y anteriormente solo se sabía que se encontraban en las especies vivas de musarañas solenodontidas y en grupos extintos de mamíferos llamados metaterianos. La investigación revela que la evolución de los "dientes de sable" se produjo al menos dos veces en grupos de vertebrados emparentados lejanamente.
Los fósiles fueron descubiertos en 2010 en los lechos rojos de Abo en Nuevo México y han sido estudiados e identificados meticulosamente en el Instituto Grant de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Edimburgo, en colaboración con colegas de Zúrich y la Universidad de Pensilvania.
La investigación, publicada en Nature Ecology &Evolution, fue dirigida y concebida por la Dra. Stephanie Pierce de la Universidad de Viena.
"La característica más llamativa de estos animales fue su prominente diente caniniforme, una adaptación que pensamos que ocurrió mucho más tarde en nuestra historia evolutiva", dijo.
"Tener una estructura tan icónica de algunos depredadores mamíferos que aparecen en un anfibio antiguo desafía la sabiduría convencional sobre su función y evolución".
La coautora, la profesora Jenny Clack de la Universidad de Cambridge, dijo:"Este descubrimiento cambia nuestra comprensión de la historia evolutiva de los vertebrados:este grupo ahora se une a la lista de animales que produjeron dientes de sable".
Los animales medían entre 50 y 75 cm de largo, tenían cuatro extremidades bien desarrolladas y una cola larga, y probablemente habrían pasado gran parte de su tiempo en el agua. Habrían estado en la cima de la cadena alimentaria, cazando pequeños peces e insectos, y habrían evitado a los depredadores más grandes sumergiéndose en el agua.