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    Cómo una proteína evita que las células ataquen su propio ADN
    En nuestros cuerpos, el sistema inmunológico desempeña un papel crucial en la defensa contra invasores extraños como bacterias y virus. Sin embargo, a veces las células inmunitarias pueden atacar por error los propios tejidos del cuerpo y provocar enfermedades autoinmunes. Un descubrimiento fascinante en inmunología involucra una proteína notable conocida como PD-1 (Proteína 1 de muerte celular programada) y su papel en la prevención de que las células ataquen su propio ADN. Comprender el mecanismo detrás de la función de PD-1 ha abierto nuevas vías para el tratamiento de enfermedades autoinmunes e incluso ciertos tipos de cáncer.

    PD-1 y su expresión:

    PD-1 es una proteína expresada en la superficie de varias células inmunitarias, incluidas las células T. Las células T son actores cruciales en la respuesta inmune, reconociendo y eliminando sustancias extrañas o potencialmente dañinas. En circunstancias normales, la expresión de PD-1 está estrechamente regulada, lo que mantiene el equilibrio inmunológico.

    Interacción de PD-1 con ligandos:

    En las células sanas, existen moléculas llamadas PD-L1 y PD-L2, que actúan como ligandos (compañeros de unión) para PD-1. Cuando PD-1 en las células T se encuentra con PD-L1 o PD-L2 en la superficie de las células sanas, envía una señal que suprime eficazmente la actividad de las células T. Esto evita que las células T ataquen por error a las células normales del cuerpo.

    Punto de control inmunológico y autoinmunidad:

    PD-1 y sus ligandos forman un punto de control inmunológico, un mecanismo que regula la fuerza y ​​duración de una respuesta inmune. La desregulación de los puntos de control inmunológico puede provocar enfermedades autoinmunes en las que las células inmunitarias atacan por error los propios tejidos del cuerpo. En tales casos, puede haber una mayor expresión de PD-1 en las células T, lo que lleva a una supresión excesiva de las respuestas inmunes y a la imposibilidad de eliminar las células dañadas o infectadas.

    Inhibidores de PD-1 para el tratamiento:

    Los científicos han aprovechado el conocimiento de la función inhibidora de PD-1 para desarrollar inhibidores de PD-1, una clase de fármacos utilizados en inmunoterapia. Estos inhibidores son anticuerpos que bloquean la interacción entre PD-1 y sus ligandos, liberando eficazmente los frenos de las células T y liberando su capacidad para eliminar células anormales. Los inhibidores de PD-1 han demostrado un éxito notable en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, incluidos el melanoma, el cáncer de pulmón y otras neoplasias malignas.

    En resumen, PD-1 es una proteína que funciona como un punto de control inmunológico, impidiendo que las células T ataquen el propio ADN del cuerpo. Comprender el mecanismo de regulación de PD-1 ha permitido el desarrollo de inhibidores de PD-1, un avance prometedor en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y algunas formas de cáncer. Las investigaciones en curso en inmunología continúan arrojando luz sobre las complejidades del sistema inmunológico, descubriendo nuevas estrategias potenciales para terapias dirigidas y efectivas.

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