Uno de los TLR, TLR9, se expresa en células inmunitarias como los macrófagos y las células dendríticas. TLR9 reconoce específicamente el ADN CpG no metilado, que se encuentra comúnmente en genomas bacterianos y virales, pero no en el ADN de mamíferos. Esto permite que TLR9 diferencie entre ADN extraño y propio y desencadene una respuesta inmune contra patógenos invasores.
Cuando TLR9 detecta ADN CpG no metilado, se une al ADN y sufre un cambio conformacional que conduce a la activación de vías de señalización intracelular. Estas vías dan como resultado la producción de citocinas y quimiocinas inflamatorias, que reclutan células inmunes al sitio de la infección y promueven la eliminación del patógeno.
Además de su función en la detección de ADN extraño, TLR9 también puede distinguir entre ADN propio y no propio mediante el reconocimiento de patrones de metilación del ADN. El ADN de los mamíferos suele estar muy metilado, particularmente en los dinucleótidos CpG. Esta metilación evita que TLR9 se una al ADN propio y desencadene una respuesta inmune.
Por lo tanto, TLR9 desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico innato al discriminar entre ADN extraño y propio. Lo logra reconociendo patrones moleculares específicos en el ADN microbiano, iniciando una respuesta inmune contra patógenos y tolerando al mismo tiempo el ADN propio para evitar reacciones autoinmunes.