No existe evidencia científica que respalde la afirmación de que las células de fertilidad deben tener "silencio de radio" o evitar la exposición a la radiación electromagnética. Si bien algunos estudios han sugerido que ciertos tipos de radiación, como altas dosis de radiación ionizante, pueden dañar las células reproductivas y afectar la fertilidad, estos efectos generalmente se asocian con dosis de radiación mucho más altas que las que se encuentran en la vida cotidiana.