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Los perros también tienen demencia. Pero a menudo es difícil de detectar. La investigación publicada hoy muestra cuán común es, especialmente en perros mayores de diez años.
Estos son algunos cambios de comportamiento que debe tener en cuenta en su perro mayor y cuándo consultar a su veterinario.
¿Qué es la demencia canina?
La demencia canina, o disfunción cognitiva canina, es similar a la enfermedad de Alzheimer en humanos, una enfermedad cerebral progresiva que viene con cambios conductuales, cognitivos y de otro tipo.
Generalmente se ve en perros mayores de ocho años, pero puede ocurrir en perros de hasta seis años.
¿Pueden los perros tener demencia? Mi perra de casi 18 años sigue tratando de huir y nunca antes lo había hecho. Tuve que perseguirla rn lol
— Cassondra (@CassondraBones) 5 de febrero de 2022
Los dueños de mascotas pueden descartar muchos cambios de comportamiento como una parte normal del envejecimiento. Así que es probable que haya más perros con él de lo que creemos.
A los veterinarios también les puede resultar difícil diagnosticar. No existe una prueba precisa y no invasiva para ello. Y, al igual que los humanos, es probable que los perros mayores tengan otros problemas de salud que pueden complicar el diagnóstico.
¿Mi perro tiene demencia?
Los perros con demencia a menudo pueden perderse en su propio patio trasero o en su casa. Pueden quedarse atascados detrás de los muebles o en los rincones de la habitación, porque se olvidan de que tienen marcha atrás. O caminan hacia el lado de las bisagras de una puerta cuando intentan pasar.
Las interacciones de los perros con las personas y otras mascotas pueden cambiar. Es posible que busquen menos o más afecto de sus dueños que antes, o comiencen a enfadarse con el otro perro en la casa donde una vez fueron felices compañeros de casa. Incluso pueden olvidar caras que han conocido toda su vida.
También tienden a dormir más durante el día y a estar más despiertos por la noche. Pueden caminar, gimotear o ladrar, aparentemente sin propósito. La comodidad no suele calmarlos, e incluso si se interrumpe el comportamiento, por lo general se reanuda con bastante rapidez.
A veces, cuidar a un perro mayor con demencia es como volver a tener un cachorro, ya que pueden empezar a ir al baño aunque estén entrenados para la casa. También se vuelve difícil para ellos recordar algunos de esos comportamientos básicos que han conocido toda su vida, y aún más difícil aprender otros nuevos.
Sus niveles generales de actividad también pueden cambiar, desde caminar todo el día, sin parar, hasta apenas levantarse de la cama.
Por último, también puede notar un mayor nivel de ansiedad. Es posible que su perro ya no pueda soportar que lo dejen solo, que lo siga de una habitación a otra o que se asuste fácilmente con cosas que nunca antes le molestaron.
Creo que mi perro tiene demencia, ¿y ahora qué?
There are some medications that can help reduce signs of doggy dementia to improve quality of life and make caring for them a little easier. So, if you think your dog is affected, consult your veterinarian.
Our group is planning research into some non-drug treatments. This includes looking at whether exercise and training might help these dogs. But it's early days yet.
Unfortunately there is no cure. Our best bet is to reduce the risk of getting the disease. This latest study suggests exercise might be key.
What did the latest study find?
US research published today gathered data from more than 15,000 dogs as part of the Dog Aging Project.
Researchers asked pet dog owners to complete two surveys. One asked about the dogs, their health status and physical activity. The second assessed the dogs' cognitive function.
Some 1.4% of the dogs were thought to have canine cognitive dysfunction.
For dogs over ten years old, every extra year of life increased the risk of developing dementia by more than 50%. Less-active dogs were almost 6.5 times more likely to have dementia than dogs that were very active.
While this might suggest regular exercise could protect dogs against dementia, we can't be sure from this type of study. Dogs with dementia, or with early signs of dementia, may be less likely to exercise.
However, we do know exercise can reduce the risk of dementia in people. So walking our dogs may help them and us reduce the risk of dementia.
'I love my girl so much'
Caring for a dog that has dementia can be hard, but rewarding. In fact, our group is studying the impact on caregivers.
We believe the burden and stress can be similar to what's been reported when people care for someone with Alzheimer's.
We also know people love their old dogs. One research participant told us:"I love my girl so much that I am willing to do anything for her. Nothing is too much trouble."
Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original. Doggy dementia risk increases with each added year of life