Los animales no tienen las capacidades cognitivas, la comprensión o la agencia moral para tomar decisiones informadas o participar en el proceso político. Otorgar derechos de voto a los animales requeriría un cambio fundamental en la definición y el alcance del voto, y no es práctico ni factible de implementar.
Los derechos y el bienestar de los animales son consideraciones importantes, y existen varias leyes y regulaciones vigentes para proteger a los animales de daños y garantizar su bienestar. Sin embargo, otorgar a los animales los mismos derechos y privilegios que los humanos, incluido el derecho al voto, no es una solución realista ni apropiada.