• Home
  • Química
  • Astronomía
  • Energía
  • Naturaleza
  • Biología
  • Física
  • Electrónica
  •  science >> Ciencia >  >> Biología
    Las moscas de la fruta hembra entran en el ruedo de la competencia sexual

    Crédito:CC0 Dominio público

    Cuando se trata de competencia sexual, los machos tienen el papel estelar. Chocar cuerpos, cruzar cuernos, morder y patear se consideran juego limpio. Dado que estos comportamientos son tan destacados y sólidos, la mayoría de los estudios se centran en el comportamiento masculino, dejando de lado a las mujeres.

    Los científicos del Centro Champalimaud para lo Desconocido en Portugal tenían la sensación de que las mujeres podrían no ser tan pacifistas como parecen. "Es bien sabido que las hembras de moscas de la fruta muestran agresividad por la comida y el territorio. Así que preguntamos:'¿Qué pasa con el apareamiento? ¿Es posible que también compitan por compañeros de apareamiento, pero de una manera más sutil que ha escapado a nuestra atención hasta ahora?' ", dijo María Luisa Vasconcelos, autora principal del estudio.

    Los resultados del estudio, publicados hoy (26 de septiembre) en la revista Current Biology confirman su corazonada:"Descubrimos un nuevo tipo de comportamiento femenino en las moscas de la fruta:la competencia sexual agresiva".

    Dos vírgenes, un varón

    Este nuevo comportamiento se descubrió cuando el equipo colocó dos hembras vírgenes y un macho en la misma cámara. Al principio, el macho alternaba el cortejo de ambas hembras. En esa etapa, no hubo problemas. Sin embargo, tan pronto como comenzó a copular con uno de ellos, el otro atacó a la pareja. Ella les dio un cabezazo y los empujó, enfocándose principalmente en la parte trasera de la hembra, donde estaba ocurriendo la acción.

    "Esto es curioso porque cuando la situación es inversa, cuando dos machos están en la misma cámara con una hembra, ambos cortejan vigorosamente a la hembra simultáneamente. Pero una vez que el apareamiento está en progreso, el macho 'perdedor' no ataca. En cambio, corteja a la mujer aunque esté comprometida de otra manera", explicó Vasconcelos.

    Este resultado inicial fue emocionante, pero fue solo el comienzo. "Queríamos entender cuáles fueron las circunstancias exactas que dieron lugar a este comportamiento. Por ejemplo, ¿era importante que las hembras fueran vírgenes? Además, ¿hubo alguna señal externa involucrada, como olores particulares?" relató Miguel Gaspar, estudiante de doctorado en el laboratorio, quien es el primer autor del estudio.

    Una virgen decepcionada es una virgen agresiva

    El equipo probó un conjunto de condiciones experimentales, tratando de precisar la receta exacta. Curiosamente, uno de sus principales hallazgos fue que, para volverse agresivas, las hembras tenían que ser cortejadas primero.

    "Si una mujer virgen entrara en la cámara mientras la pareja ya se estaba apareando, no atacaría", dijo Gaspar.

    Como sospechaban los investigadores, el estado de apareamiento de la hembra también era un componente esencial. Las hembras que se habían apareado recientemente no se volvían agresivas incluso si el macho inicialmente las cortejaba pero luego decidía no hacerlo.

    "El apareamiento desencadena una serie de cambios fisiológicos en las hembras, que también tienen un efecto dramático en su comportamiento", explicó Gaspar. "Y, de hecho, descubrimos que mientras las vírgenes se volvían rápidamente agresivas, las hembras apareadas eran indiferentes a la pareja que copulaba".

    Olfateando para pelear

    El equipo también descubrió que el olor era un factor determinante:la agresión solo ocurría en presencia de un olor a comida. "Esto fue muy interesante", dijo Vasconcelos. "Sabemos que las hembras apareadas se vuelven agresivas entre sí en presencia de comida. Probablemente porque necesitan alimento para mantener el embarazo. Sin embargo, aquí las hembras eran vírgenes. Una posible explicación podría ser que el apareamiento en un ambiente con comida se percibe como conducente a un embarazo exitoso".

    Además, el equipo también descubrió que un tipo específico de receptores de olores era crucial para generar el comportamiento. Cuando el equipo bloqueó estos receptores, que detectan la presencia de otras moscas, el nivel de agresión se redujo significativamente.

    "Estos receptores son moduladores conocidos de la receptividad en las mujeres, por lo que tiene sentido que sean importantes aquí", agregó Gaspar. "Sorprendentemente, los factores olfativos que probamos jugaron un papel más importante que las señales visuales; las moscas ciegas seguían siendo agresivas siempre que estos receptores estuvieran activos y hubiera un olor a comida en la cámara".

    El resultado final

    El equipo reveló un contexto en el que las hembras compiten por parejas sexuales. “Aquí informamos cómo se puede provocar la agresión femenina hacia las parejas de apareamiento”, dijo Vasconcelos. "Estos hallazgos se suman al creciente cuerpo de evidencia de que las hembras de la mosca de la fruta muestran comportamientos ricos y complejos que son sensibles a los estados sociales, ambientales e internos. Ahora, podemos usar las amplias herramientas genéticas y moleculares disponibles en la investigación de moscas para investigar el sistema nervioso. fundamentos de este comportamiento recién descubierto", concluyó. + Explora más

    Los machos jóvenes de moscas de la fruta hacen que las hembras peleen más entre sí




    © Ciencia https://es.scienceaq.com