1. Generación de empuje:los cohetes generan empuje expulsando gases a alta velocidad de sus boquillas. Esta expulsión crea una fuerza de acción-reacción, empujando el cohete en la dirección opuesta según la Tercera Ley del Movimiento de Newton.
2. Superar la gravedad:la etapa inicial del lanzamiento de un cohete implica generar suficiente empuje para superar la atracción de la gravedad. Los potentes motores del cohete se encienden y producen una inmensa cantidad de empuje, impulsándolo hacia arriba.
3. Puesta en escena:Los cohetes suelen utilizar varias etapas, cada una con su propio conjunto de motores. A medida que los motores de etapa inferior se queman y se vacían, se descartan, lo que reduce el peso total y aumenta la eficiencia. Esto permite que el cohete continúe con un peso y requisitos de combustible reducidos.
4. Transición al movimiento orbital:una vez que el cohete ha superado la gravedad, debe alcanzar la velocidad orbital para permanecer en el espacio. La velocidad orbital es la velocidad necesaria para que un objeto mantenga una órbita estable alrededor de un cuerpo más grande, como la Tierra. Los cohetes alcanzan esta velocidad mediante una combinación de empuje, asistencia por gravedad y ajustes de trayectoria.
Ahora, consideremos cómo los satélites permanecen en órbita:
1. Mecánica Orbital:Los satélites permanecen en órbita debido a los principios de la mecánica orbital. Un objeto en órbita cae continuamente hacia el cuerpo primario (en este caso, la Tierra), pero su impulso hacia adelante lo mantiene en un perpetuo estado de caída libre alrededor del planeta.
2. Equilibrio de Fuerzas:Los satélites mantienen un equilibrio entre la gravedad y la fuerza centrífuga. La gravedad atrae el satélite hacia la Tierra, mientras que la velocidad orbital del satélite hace que se mueva hacia afuera. Estas fuerzas opuestas dan como resultado una órbita circular o elíptica estable.
3. Fuerza centrífuga:a medida que un satélite se mueve en órbita, su movimiento lineal crea una fuerza centrífuga que contrarresta la atracción de la gravedad. Esta fuerza centrífuga impide que el satélite entre en espiral directamente hacia la Tierra.
4. Perturbaciones:las órbitas del mundo real no son perfectamente estables debido a diversas influencias externas, como la resistencia atmosférica y las anomalías gravitacionales. Los satélites requieren ajustes ocasionales en sus órbitas, conocidos como maniobras orbitales, para corregir sus trayectorias y mantener los parámetros orbitales deseados.
En resumen, los cohetes logran despegar generando un poderoso empuje para vencer la gravedad, mientras que los satélites permanecen en órbita debido a la mecánica orbital, equilibrando las fuerzas de la gravedad y la fuerza centrífuga. Los sistemas de propulsión avanzados y los cálculos orbitales precisos permiten que los vehículos espaciales lleguen a sus destinos y mantengan sus posiciones en órbita.