El tamaño de las nebulosas estelares puede variar mucho. Algunos son relativamente pequeños, con diámetros de sólo unos pocos años luz, mientras que otros pueden ser mucho más grandes, abarcando cientos o incluso miles de años luz. Por ejemplo, la Nebulosa de Orión, una de las nebulosas estelares más famosas y mejor estudiadas, tiene un diámetro de unos 24 años luz. Por el contrario, la Nebulosa de la Tarántula, situada en la Gran Nube de Magallanes, es una nebulosa estelar mucho más grande, con un diámetro de unos 1.800 años luz.