Para convertir la luz solar en un rayo láser, se requiere una fuente láser de alta potencia que sirva como rayo de bombeo. Primero se recoge la luz solar y se enfoca sobre el material óptico no lineal, donde interactúa con el haz de la bomba. Luego, la luz amplificada se filtra y colima para producir un rayo láser.
Este proceso se puede utilizar para convertir la luz solar en un rayo láser con una longitud de onda y potencia específicas, dependiendo de las características del láser de bombeo y del material óptico no lineal utilizado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la eficiencia del proceso de conversión está limitada por las leyes de la termodinámica y la potencia de salida del láser siempre será menor que la potencia de entrada de la luz solar.