1. Agujeros negros estelares:
Se forman cuando las estrellas masivas agotan su combustible nuclear y colapsan bajo su propia gravedad. Los agujeros negros estelares pueden tener masas varias veces mayores que la de nuestro Sol, normalmente oscilando entre unas pocas y decenas de masas solares.
*Ejemplo*:El agujero negro estelar en el centro de nuestra Vía Láctea, conocido como Sagitario A*, tiene una masa de aproximadamente 4 millones de masas solares.
2. Agujeros negros intermedios:
Estos se encuentran entre los agujeros negros estelares y los agujeros negros supermasivos en términos de masa. Se cree que los agujeros negros intermedios se forman mediante diversos mecanismos, como la acumulación de masa de los agujeros negros estelares o el colapso directo de grandes nubes de gas.
*Ejemplo*:Un candidato a agujero negro intermedio dentro de la galaxia M82 tiene una masa estimada de varios cientos de miles de masas solares.
3. Agujeros negros supermasivos:
Estos son los agujeros negros más grandes y masivos que se sabe que existen. Residen en los centros de la mayoría de las galaxias grandes, incluida nuestra Vía Láctea. Los agujeros negros supermasivos pueden tener masas que van desde millones hasta miles de millones de veces la de nuestro Sol.
*Ejemplo*:Se estima que el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, Sagitario A*, tiene una masa de aproximadamente 4 millones de masas solares, mientras que se cree que el agujero negro supermasivo en el corazón de la galaxia M87 tiene una masa de alrededor de 6,5 mil millones de masas solares.
Vale la pena señalar que los astrónomos descubren constantemente nuevos agujeros negros y que los límites entre estas categorías a veces pueden resultar borrosos. Los mecanismos exactos detrás de la formación y el crecimiento de los agujeros negros siguen siendo un área activa de investigación en astrofísica.