El método principal empleado en esta investigación se conoce como "Cronómetros Cósmicos". Esta técnica se basa en la medición de estrellas pulsantes llamadas Cefeidas, cuyos períodos de pulsación están inversamente relacionados con su brillo. Los investigadores observan estas cefeidas en galaxias cercanas y comparan su brillo y períodos de pulsación para deducir sus distancias con precisión. Esto, a su vez, permite medir con precisión la tasa de expansión del universo.
Otro método utilizado en el estudio implica el análisis de supernovas. Las supernovas de tipo Ia, que tienen características de brillo bien conocidas, sirven como "candelas estándar" para medir distancias cósmicas. Al estudiar estas supernovas en galaxias distantes, los astrónomos pueden inferir la historia de la expansión del universo y calcular la constante de Hubble.
Combinando estas mediciones con datos de otras sondas cosmológicas, como los cúmulos de galaxias y la radiación cósmica de fondo de microondas, los investigadores obtuvieron un valor preciso para la constante de Hubble:73,3 kilómetros por segundo por megaparsec (km/s/Mpc). Esta medición es consistente con la predicción teórica basada en el modelo estándar de cosmología.
Esta medida refinada de la tasa de expansión del universo ayuda a limitar los modelos cosmológicos y mejorar nuestra comprensión de la evolución y el destino del universo. También contribuye a la búsqueda en curso de conciliar la tasa de expansión observada con predicciones teóricas, como las basadas en el paradigma del universo inflacionario o la presencia de energía oscura.