La nanomedicina ofrece a los pacientes un arsenal cada vez mayor de medicamentos terapéuticos para una variedad de enfermedades, pero a menudo a un costo de miles de dólares al mes. Los genéricos podrían reducir sustancialmente el precio para los pacientes, si tan solo hubiera una forma bien definida de fabricarlos y regularlos. Un artículo en Noticias de química e ingeniería (C&EN), la revista de noticias semanal de la American Chemical Society, detalla los desafíos en el camino hacia los nanofármacos genéricos.
Matt Davenport, un editor colaborador de C&EN, señala que en la terapéutica de moléculas pequeñas (aspirina, por ejemplo, el ingrediente activo es la principal preocupación de los reguladores. Para estas drogas, hacer versiones genéricas es un proceso relativamente sencillo. Nanomedicina, por otra parte, es mucho más complicado. A menudo implica envasar un ingrediente activo dentro de sistemas de administración diseñados hechos de materiales como lípidos, polímeros o carbohidratos. Incluso cambios leves en la estructura de un nanofármaco pueden resultar en un nivel de toxicidad diferente.
Hasta la fecha, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado docenas de nanofármacos, aunque no tiene una definición reglamentaria formal de lo que es un nanofármaco. Esta definición sería un primer paso hacia una reglamentación más clara.
Actualmente, la agencia examina cada nanoterapéutico caso por caso y ofrece una guía a los fabricantes de medicamentos que no es vinculante por ahora. Todavía, en 2013, la FDA aprobó lo que muchos consideran el primer genérico terapéutico en esta categoría, pero nadie está seguro de cuándo llegará la próxima aprobación.