Se cree que la frase se originó en el siglo XVI y se ha utilizado desde entonces para señalar que la justicia y la igualdad son principios importantes. A menudo se utiliza en el contexto de la igualdad de género, como una forma de argumentar que las mujeres deberían tener las mismas oportunidades que los hombres. Sin embargo, también se puede aplicar a cualquier situación en la que las personas reciben un trato diferente sin una buena razón.
Por ejemplo, si una empresa ofrece aumentos a algunos empleados pero no a otros, los empleados que no reciben aumentos podrían argumentar que "lo que es bueno para el ganso es bueno para el ganso". Esto se debe a que creen que deben recibir el mismo trato que los empleados que reciben aumentos.
La frase "Lo que es bueno para el ganso es bueno para el ganso" es un poderoso recordatorio de que todos debemos ser tratados de manera justa, independientemente de nuestras circunstancias. Es una frase que puede usarse para luchar por la igualdad y la justicia en todos los ámbitos de la vida.