Dirigir un país implica gestionar diversos aspectos como la política, la economía, la política exterior, la atención sanitaria, la educación, la infraestructura y más. Cada una de estas áreas requiere conocimiento especializado, toma de decisiones y colaboración entre varias partes interesadas. Si bien la tecnología y las herramientas digitales pueden ayudar en ciertas tareas, no pueden reemplazar los complejos procesos y responsabilidades que implica gobernar un país.
De hecho, existen varias aplicaciones de software que pueden ayudar a los gobiernos a funcionar de manera más eficiente. Por ejemplo, algunas aplicaciones pueden ayudar a los gobiernos a administrar sus presupuestos, otras pueden ayudarlos a rastrear y responder a las quejas de los ciudadanos, y otras pueden ayudarlos a comunicarse con ciudadanos y empresas. Sin embargo, ninguna aplicación puede hacer por sí sola todo lo que un gobierno necesita hacer.
Además de la tecnología, un liderazgo nacional eficaz requiere un liderazgo fuerte, planificación estratégica, estructuras de gobernanza eficaces, burocracias competentes y colaboración con actores tanto nacionales como internacionales. Es importante recordar que gobernar un país implica abordar una amplia gama de desafíos y oportunidades que requieren un enfoque holístico y matizado que va más allá de las capacidades de una aplicación.