1. Exposición temprana:
- Exponer a los niños a la segunda lengua lo antes posible, idealmente durante los tres primeros años de vida.
2. Entrada natural:
- Proporcionar información real y comprensible en el segundo idioma, similar a cómo los padres les hablan a los bebés en su lengua materna.
- Utilice gestos, expresiones faciales y señales visuales para ayudar a la comprensión.
3. Comunicación interactiva:
- Participar en conversaciones y actividades interactivas que requieran que los niños utilicen el segundo idioma.
4. Juego e Historias:
- Utilice juegos, canciones y narraciones para que el aprendizaje de idiomas sea divertido y memorable.
5. Céntrese en el significado, no en la gramática:
- Priorizar la comprensión y la comunicación frente a las reglas gramaticales.
6. Repetición en contexto:
- Utilizar repetidamente palabras y frases en diferentes contextos para ayudar a los niños a comprender su significado.
7. Refuerzo Positivo:
- Elogiar y fomentar el esfuerzo de los niños, independientemente de su nivel de competencia.
8. Fomente la exploración:
- Permitir que los niños experimenten con el idioma sin miedo a cometer errores.
9. Modelos bilingües a seguir:
- Rodear a los niños de hablantes bilingües que puedan servir como modelos positivos.
10. Inmersión:
- Si es posible, sumergir a los niños en el entorno de una segunda lengua viviendo en una comunidad multilingüe o inscribiéndolos en una escuela bilingüe.
11. Paciencia y Persistencia:
- La adquisición del lenguaje lleva tiempo. Sea paciente y persistente, ya que es posible que el progreso no siempre sea inmediato.
Al utilizar métodos naturales, interactivos y atractivos, los niños pequeños pueden absorber más eficazmente un segundo idioma como parte de su desarrollo cognitivo general.