Cuerpo: Un nuevo estudio ha desafiado la creencia arraigada de que más hombres en un grupo genera más conflictos y tensiones. El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de California, Berkeley, encontró que si bien los hombres pueden tener más probabilidades de tener comportamientos agresivos que las mujeres, también es más probable que cooperen y generen consenso cuando trabajan juntos.
En el estudio participaron 100 grupos de cinco personas cada uno, a quienes se les asignó la tarea de completar una serie de tareas que requerían colaboración y resolución de problemas. Los grupos fueron asignados aleatoriamente para tener un número variable de hombres y mujeres, desde grupos exclusivamente masculinos hasta grupos exclusivamente femeninos.
Los investigadores observaron el comportamiento grupal y midieron los niveles de conflicto y tensión dentro de cada grupo. Descubrieron que, contrariamente a la creencia popular, los grupos exclusivamente masculinos no exhibían niveles significativamente más altos de conflicto o tensión en comparación con los grupos con más mujeres. De hecho, en muchos casos, los grupos exclusivamente masculinos mostraron niveles más altos de cooperación y creación de consenso, posiblemente debido a una comprensión compartida de los estilos y normas de comunicación masculina.
Estos hallazgos sugieren que la dinámica de grupo no está determinada únicamente por la composición de género. Factores adicionales como los objetivos del grupo, la complejidad de las tareas y los estilos de liderazgo desempeñan un papel más importante en la configuración de la dinámica del grupo.
Los investigadores también encontraron que la presencia de al menos una mujer en un grupo a menudo conducía a una mayor cooperación y comunicación, potencialmente debido a las diversas perspectivas y estilos de comunicación que las mujeres aportan. Sin embargo, el estudio también destacó que el equilibrio de género óptimo para el éxito del grupo puede variar según la tarea y los objetivos del grupo.
En general, el estudio cuestiona el estereotipo de que más hombres en un grupo generan más problemas. Subraya la importancia de considerar otros factores más allá de la composición de género al comprender y gestionar la dinámica de grupo para una colaboración eficaz.