Según el estudio, hay varios factores clave que contribuyen a la renuencia de los australianos mayores a tomarse selfies. Una de las principales razones es la brecha generacional en materia de alfabetización digital y comodidad con la tecnología. Muchos adultos mayores crecieron en una era anterior a la adopción generalizada de la fotografía digital y las redes sociales y, como resultado, pueden sentirse menos seguros al usar teléfonos inteligentes y navegar por plataformas digitales.
Otro factor identificado en el estudio es la influencia de las normas sociales y las expectativas culturales. Para los australianos mayores, el acto de tomarse selfies puede percibirse como ensimismamiento o como búsqueda de atención, lo que puede ir en contra de los valores tradicionales de modestia y humildad. Además, los adultos mayores pueden sentir que las selfies son más apropiadas para las personas más jóvenes y no se alinean con su propia imagen o personalidad social deseada.
Además, el estudio encontró que las preocupaciones sobre la apariencia y la autopercepción influyen en los hábitos de los australianos mayores para tomarse selfies. A medida que las personas envejecen, pueden volverse más conscientes de su apariencia física y sentirse menos cómodas compartiendo fotografías de sí mismas, especialmente en plataformas de redes sociales donde sus imágenes pueden compartirse ampliamente.
Curiosamente, la investigación también destacó el papel de la conexión social y la comparación social en el comportamiento de tomar selfies. Los australianos mayores que tenían redes sociales sólidas y participaban en interacciones sociales frecuentes eran más propensos a tomarse y compartir selfies. Por otro lado, las personas que se sentían aisladas o carecían de apoyo social eran menos propensas a participar en actividades para tomarse selfies.
Para comprender mejor las experiencias de los australianos mayores en relación con la toma de selfies, los investigadores realizaron entrevistas con un grupo diverso de participantes de 65 años o más. El análisis cualitativo de estas entrevistas proporcionó información valiosa sobre las perspectivas personales, los desafíos y las motivaciones de los adultos mayores con respecto a las selfies.
En resumen, la investigación revela que la renuencia de los australianos mayores a tomarse selfies se debe a una combinación de factores, que incluyen la alfabetización tecnológica, las normas sociales, la autopercepción y la conexión social. Al reconocer y comprender estas barreras, es posible fomentar una mayor inclusión y apoyo a los adultos mayores en el panorama digital.