Crédito:Lin Meng
Lin Meng ha sido nombrada ganadora del gran premio del Premio Science &SciLifeLab para jóvenes científicos de este año por la investigación que realizó sobre cómo el calentamiento global y las luces brillantes de la ciudad pueden afectar la fenología de los árboles (cuando comienzan a crecer hojas en la primavera). En su artículo publicado en la revista Science , Meng describe su estudio de datos satelitales que muestran áreas verdes en ciudades junto con fuentes de luz artificial y también árboles que crecen en los Alpes.
Investigaciones anteriores han demostrado que las temperaturas más altas en las ciudades pueden afectar el crecimiento de la vegetación. En este nuevo esfuerzo, Meng se preguntó qué podría estar haciendo el calentamiento de la ciudad, combinado con el calentamiento global, en las veces que los árboles "reverdecen" en la primavera de cada año. Para averiguarlo, obtuvo y analizó datos satelitales que mostraban cuándo los árboles comienzan a producir hojas en la primavera cada año en 85 ciudades de EE. UU. entre los años 2001 y 2014.
Encontró que el reverdecimiento de los árboles ocurre en promedio 6 días antes en las áreas urbanas en comparación con las áreas rurales. También descubrió que los árboles de la ciudad están respondiendo al cambio climático más rápido que los árboles de las zonas rurales.
Meng también se preguntó sobre el impacto de las luces brillantes en los árboles y si podrían hacer que los árboles comenzaran a desarrollar sus hojas antes en la primavera de cada año. Estudió los árboles que crecen en los Alpes en Europa, notando que es un lugar con una distribución de temperatura bastante uniforme pero también tiene cambios en la duración de la luz del día a través de las latitudes. Encontró evidencia de una reducción en un reverdecimiento temprano probablemente debido al calentamiento global. Luego estudió datos del satélite Black Marble de la NASA, que mide la luz artificial en las ciudades y también datos de fenología de la Red Nacional de Fenología de EE. UU. Esto le permitió comparar las condiciones en las ciudades con y sin luz artificial en los EE. UU. y descubrió que la luz artificial adelantó el reverdecimiento primaveral nueve días en los casos más extremos.
Meng concluye sugiriendo que la luz artificial, al complementar la duración del día, lleva a que las ciudades se vuelvan más verdes antes de la primavera, lo que se suma al impacto del cambio de color debido al calentamiento global.