Los investigadores realizaron una serie de experimentos para probar su hipótesis. En un experimento, se pidió a los participantes que imaginaran que acababan de recibir un bono de 1.000 dólares. Luego, los investigadores les preguntaron cómo gastarían el dinero. Los participantes que pensaban en el dinero en términos concretos (por ejemplo, "podría comprar un coche nuevo") eran más propensos a decir que ahorrarían el dinero o lo utilizarían para pagar deudas. Los participantes que pensaban en el dinero en términos abstractos (por ejemplo, "podría divertirme más en la vida") eran más propensos a decir que gastarían el dinero en cosas como viajes o entretenimiento.
En otro experimento, se pidió a los participantes que tomaran una serie de decisiones financieras. Por ejemplo, se les preguntó si preferirían ahorrar $100 ahora o recibir $120 en un año. Los participantes que pensaban en el dinero en términos concretos tenían más probabilidades de elegir los 100 dólares ahora, mientras que los participantes que pensaban en el dinero en términos abstractos tenían más probabilidades de elegir los 120 dólares dentro de un año.
Los investigadores creen que la forma en que pensamos sobre el dinero puede tener un impacto significativo en nuestro comportamiento financiero. Dicen que las personas que piensan en el dinero en términos concretos tienen más probabilidades de tomar decisiones que redunden en su beneficio financiero, mientras que las personas que piensan en el dinero en términos abstractos tienen más probabilidades de tomar decisiones que conduzcan a deudas y otros problemas financieros.
Los investigadores también descubrieron que la forma en que pensamos sobre el dinero puede verse influenciada por nuestra cultura y educación. Por ejemplo, descubrieron que las personas que crecen en culturas que enfatizan ahorrar dinero tienen más probabilidades de pensar en el dinero en términos concretos, mientras que las personas que crecen en culturas que enfatizan gastar dinero tienen más probabilidades de pensar en el dinero en términos abstractos.
Los investigadores dicen que sus hallazgos tienen implicaciones para la educación financiera. Dicen que los educadores financieros deberían centrarse en ayudar a las personas a pensar en el dinero en términos concretos para que puedan tomar mejores decisiones financieras.