Uno de los misterios más famosos de América del Norte es el de una criatura parecida a un humano que se cree que deambula por las zonas boscosas de la Columbia Británica, el estado de Washington, Oregón e incluso las zonas más septentrionales de California.
Normalmente llamado Pie Grande y también conocido comúnmente como Sasquatch, el legendario críptido ha eludido a la comunidad de criptozoología durante décadas.
Con una altura de entre 2,1 y 3 metros (7 a 10 pies), el cuerpo de Bigfoot supuestamente está cubierto de un pelaje oscuro y desgreñado que le ayuda a mezclarse con su hábitat boscoso. Se dice que su cabeza es proporcional a su cuerpo, con una frente inclinada y ojos hundidos.
La cara de Sasquatch a menudo se describe como parecida a la de un gorila, con una nariz ancha y plana y un arco superciliar pronunciado, pero no es la cara que le dio a esta criatura su apodo. Según se informa, las huellas de Bigfoot son demasiado grandes para ser humanas, lo que ha impulsado muchas investigaciones.
Hasta ahora, todas las supuestas pruebas de la existencia de la criatura han sido desacreditadas. Aun así, los ávidos criptozoólogos sostienen que el noroeste de Estados Unidos (junto con partes del oeste de Canadá) es el hogar de esta enorme bestia peluda.
Los creyentes de Bigfoot son, por supuesto, menos escépticos que la comunidad científica cuando se trata de supuestos avistamientos. Muchos científicos argumentan que estos informes de testigos presenciales son simplemente identificaciones erróneas de animales conocidos o que no son confiables debido a las malas condiciones de iluminación y al poder de sugestión, pero al menos un relato merece algo de reflexión.
En 1924, un grupo de mineros afirmó haber tenido un encuentro desgarrador con varias criaturas grandes parecidas a simios cerca del Monte St. Helens, Washington. Los mineros dijeron que estaban alojados en una cabaña cuando los "hombres gorila" atacaron y los mineros dispararon a las bestias para que se retiraran.
Los escépticos han sugerido que las percepciones de los mineros podrían haber sido influenciadas por el entorno remoto y espeluznante. Independientemente, el incidente de Ape Canyon sigue siendo fundamental en la discusión más amplia sobre supuestos encuentros con tales criaturas.
Lo diremos de nuevo:no hay evidencia concreta de que Bigfoot exista. El FBI incluso examinó muestras de pelo que supuestamente procedían del monstruo que habitaba en el bosque, y la oficina concluyó en 1977 que los pelos en cuestión eran "de origen familiar de los ciervos".
Eso no ha impedido que la gente insista en que huellas misteriosas y supuestas fotografías (siempre borrosas, por supuesto) prueban que existe. La "prueba" más famosa es la película de Patterson-Gimlin, que Roger Patterson y Bob Gimlin rodaron en Bluff Creek, California, en 1967.
El breve clip muestra lo que parece ser una criatura bípeda, grande y peluda, que los dos hombres afirmaron que era una hembra de Pie Grande, caminando por un bosque del norte de California. Gira la cabeza brevemente, lo que proporciona una vista de perfil de su cara.
Los escépticos se quejan de la calidad granulada de la película y del comportamiento aparentemente indiferente de la criatura mientras es filmada. La falta de pruebas de seguimiento desde el mismo lugar no ayuda al caso de los creyentes.
La mayoría de los científicos enfatizan que si bien la existencia de especies desconocidas no es imposible, la falta de evidencia física concreta (como restos, cadáveres o ADN) desafía la noción de una gran población de primates no descubierta. Los testimonios de testigos presenciales, aunque intrigantes, a menudo son inconsistentes y propensos a la influencia de factores ambientales.
La ausencia de fotografías o vídeos consistentes y de alta calidad alimenta aún más el escepticismo. Prácticamente todo el mundo lleva consigo una cámara en todo momento, pero esto no ha producido imágenes definitivas de Bigfoot que resistan el escrutinio crítico.
Además, la viabilidad ecológica de sustentar una población reproductora de criaturas tan grandes en diversos hábitats es cuestionable, dada la falta de evidencia correspondiente, como nidos o sitios de alimentación.
Este artículo fue creado junto con tecnología de inteligencia artificial, luego verificado y editado por un editor de HowStuffWorks.