Los niños se desarrollan enormemente durante sus primeros años:social, física, emocional y cognitivamente. Lo que sucede entre las edades de 0 y 8 años puede predecir resultados importantes a largo plazo:por ejemplo, cómo le irá a un niño en la escuela; cómo será su salud y su potencial de ingresos futuros.
Los niños del África subsahariana corren el mayor riesgo a nivel mundial de sufrir retrasos en su desarrollo. Hay varias razones para ello, entre ellas la falta de estimulación. Demasiados padres y cuidadores no les leen, juegan ni alientan a sus hijos pequeños a aprender, ni les proporcionan ayudas para el aprendizaje, como libros y juguetes. Esto puede explicar por qué la región tiene la proporción más baja de niños con un desarrollo adecuado en lo que respecta a alfabetización y aritmética.
Soy un demógrafo interesado en cómo y cuándo los niños del África subsahariana desarrollan su alfabetización. Recientemente, me propuse con un colega evaluar cómo les estaba yendo a los niños en ocho países de África occidental y central en este sentido. Los países fueron la República Centroafricana, Chad, la República Democrática del Congo, Gambia, Ghana, Guinea-Bissau, Sierra Leona y Togo.
Nuestros hallazgos son motivo de preocupación. Sólo aproximadamente uno de cada 10 niños (11,9%) de nuestra muestra tenía un desarrollo adecuado en alfabetización y aritmética. También analizamos si los niños habían pasado algún tiempo cognitivamente estimulante en los tres días anteriores con sus padres o cuidadores. Nuestro enfoque aquí se centró en tres actividades que estimulan el desarrollo del cerebro:leer libros o mirar libros ilustrados; contando historias; o nombrar, contar o dibujar cosas. Menos de la mitad de los niños de la muestra lo habían hecho.
Para las tres actividades, los niños que estaban bien encaminados en su desarrollo tenían más probabilidades que otros niños de haber interactuado con un cuidador.
Nuestros hallazgos son un recordatorio importante de cuánto se benefician los niños de las interacciones regulares y cognitivamente estimulantes con sus cuidadores. Esto es cierto incluso, y quizás especialmente, en entornos de bajos ingresos como África occidental y central. Y no requiere mucho dinero:los hogares que no pueden permitirse juguetes y libros aún pueden invertir tiempo en actividades estimulantes.
Los niños de nuestro estudio tenían tres y cuatro años (algunos estaban a punto de cumplir cinco). La muestra fue de 35.752 niños de ocho países. Los datos fueron recopilados entre 2017 y 2021 mediante las Encuestas Internacionales Múltiples por Conglomerados (MICS). Este programa global recopila datos representativos a nivel nacional sobre salud materna e infantil mediante encuestas de hogares. Recopila una variedad de información sobre los niños, incluido el desarrollo, la nutrición y las prácticas de cuidado.
El Índice de Desarrollo Infantil Temprano MICS clasifica a los niños de esta edad como en desarrollo en alfabetización y aritmética si pueden hacer al menos dos de los siguientes:
La alfabetización en la primera infancia influye en la comprensión lectora y el rendimiento académico posteriores. Eso hace que sea especialmente importante estudiar en una subregión donde se estima que el 89% no puede leer ni comprender un texto sencillo cuando tiene 10 años.
Los niños de nuestro estudio que estaban leyendo libros, contando historias, nombrando, contando o dibujando por un miembro del hogar de 15 años o más tenían muchas más probabilidades que sus compañeros de tener un desarrollo adecuado en alfabetización y aritmética.
La principal conclusión de nuestro estudio es que las actividades cognitivamente estimulantes con los cuidadores son importantes.
Estos hallazgos se hacen eco de un gran conjunto de evidencia global que destaca la importancia de la estimulación cognitiva temprana para los niños.
Se debe enseñar a los cuidadores lo importante que es involucrar regularmente a los niños pequeños en estas actividades. Necesitan información y orientación.
Esto es particularmente importante para los cuidadores sin educación formal. Se les debe alentar a involucrar al niño en actividades que no requieran habilidades de alfabetización y aritmética, como contar historias, nombrar y dibujar. También se les puede guiar sobre cómo los hermanos mayores, que van a la escuela u otros familiares, pueden participar en actividades como leer y contar.
Proporcionado por The Conversation
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.