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    Extraordinario cráneo egipcio de 4.000 años de antigüedad puede mostrar signos de intentos de tratar el cáncer
    Cráneo y mandíbula 236, datados entre 2687 y 2345 a. C., pertenecieron a un individuo masculino de entre 30 y 35 años. Crédito:Tondini, Isidro, Camarós, 2024.

    Por textos antiguos sabemos que, para su época, los antiguos egipcios eran excepcionalmente hábiles en medicina. Por ejemplo, podrían identificar, describir y tratar enfermedades y lesiones traumáticas, construir prótesis y colocar empastes dentales. Otras afecciones, como el cáncer, no podían tratarlas, pero podrían haberlo intentado.



    Al examinar los límites de los tratamientos traumatológicos y oncológicos en el antiguo Egipto, un equipo internacional de investigadores ha estudiado dos cráneos humanos, cada uno de miles de años.

    "Vemos que, aunque los antiguos egipcios eran capaces de hacer frente a fracturas craneales complejas, el cáncer seguía siendo una frontera del conocimiento médico", afirma Tatiana Tondini, investigadora de la Universidad de Tubinga y primera autora del estudio publicado en Frontiers in Medicine. .

    "Este hallazgo es una prueba única de cómo la medicina egipcia antigua habría intentado abordar o explorar el cáncer hace más de 4.000 años", añadió el autor principal del estudio, el profesor Edgard Camarós, paleopatólogo de la Universidad de Santiago de Compostela. "Esta es una nueva perspectiva extraordinaria en nuestra comprensión de la historia de la medicina."

    Eliminar el cáncer

    "Queríamos aprender sobre el papel del cáncer en el pasado, qué tan prevalente era esta enfermedad en la antigüedad y cómo las sociedades antiguas interactuaban con esta patología", explicó Tondini. Para ello, los investigadores examinaron dos cráneos conservados en la Colección Duckworth de la Universidad de Cambridge. El cráneo y la mandíbula 236, que datan de entre 2687 y 2345 a. C., pertenecieron a un individuo masculino de entre 30 y 35 años. El cráneo E270, que data de entre 663 y 343 a. C., perteneció a un individuo femenino mayor de 50 años.

    El cráneo E270, datado entre 663 y 343 a.C., perteneció a un individuo femenino mayor de 50 años. Crédito:Tondini, Isidro, Camarós, 2024.

    En el cráneo 236, la observación microscópica mostró una lesión de gran tamaño compatible con una destrucción excesiva de tejido, una condición conocida como neoplasia. Además, hay unas 30 lesiones pequeñas y redondas con metástasis repartidas por todo el cráneo.

    Lo que sorprendió a los investigadores fue el descubrimiento de marcas de corte alrededor de estas lesiones, que probablemente fueron hechas con un objeto punzante, como un instrumento metálico. "Cuando observamos por primera vez las marcas de corte bajo el microscopio, no podíamos creer lo que teníamos delante", dijo Tondini.

    "Parece que los antiguos egipcios realizaban algún tipo de intervención quirúrgica relacionada con la presencia de células cancerosas, lo que demuestra que la medicina del antiguo Egipto también realizaba tratamientos experimentales o exploraciones médicas en relación con el cáncer", explicó el coautor, el profesor Albert Isidro, oncólogo quirúrgico del del Hospital Universitario Sagrat Cor, especializado en Egiptología.

    Marcas de corte encontradas en el cráneo 236, probablemente hechas con un objeto punzante. Crédito:Tondini, Isidro, Camarós, 2024.

    El cáncer en la antigüedad

    El cráneo E270 también muestra una gran lesión compatible con un tumor canceroso que provocó la destrucción ósea. Esto puede indicar que, aunque el estilo de vida actual, el envejecimiento de las personas y las sustancias cancerígenas en el medio ambiente aumentan el riesgo de cáncer, el cáncer también era una patología común en el pasado.

    En el cráneo E270, también hay dos lesiones curadas por lesiones traumáticas. Uno de ellos parece haberse originado a partir de un evento violento a corta distancia utilizando un arma punzante. Estas lesiones curadas podrían significar que el individuo potencialmente recibió algún tipo de tratamiento y, como resultado, sobrevivió.

    Sin embargo, ver una herida de este tipo en una mujer es poco común y la mayoría de las lesiones relacionadas con la violencia se encuentran en hombres. "¿Esta mujer estuvo involucrada en algún tipo de actividad bélica?" —preguntó Tondini. "Si es así, debemos repensar el papel de las mujeres en el pasado y cómo participaron activamente en los conflictos durante la antigüedad."

    • Los cráneos se examinaron mediante análisis microscópico y tomografía computarizada. Crédito:Tondini, Isidro, Camarós, 2024.
    • Varias de las lesiones metastásicas en el cráneo236 muestran marcas de corte. Crédito:Tondini, Isidro, Camarós, 2024.
    • Los cráneos se examinaron mediante análisis microscópico y tomografía computarizada. Crédito:Tondini, Isidro, Camarós, 2024.

    Sin embargo, los investigadores también dijeron que el estudio de restos óseos conlleva ciertos desafíos que dificultan las afirmaciones definitivas, especialmente porque los restos a menudo están incompletos y no se conoce una historia clínica. "En arqueología trabajamos con una porción fragmentada del pasado, lo que complica un abordaje preciso", señala Isidro.

    "Este estudio contribuye a un cambio de perspectiva y sienta una base alentadora para futuras investigaciones en el campo de la paleoncología, pero serán necesarios más estudios para desentrañar cómo las sociedades antiguas abordaron el cáncer", concluye Camarós.




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