El estudio de los restos de animales encontrados en el yacimiento de la cueva de Chaves en Huesca, liderado por la Universitat Autònoma de Barcelona, obtiene nuevos datos sobre el control de la cría y alimentación de los primeros ovinos domesticados encontrados en la región del Mediterráneo occidental durante el Neolítico. La modificación de sus ciclos naturales de parto afectó su fisiología y resultó en períodos prolongados de fertilidad. Crédito:Alejandro Sierra
Un estudio liderado por la UAB sobre los restos de animales encontrados en el yacimiento de la cueva de Chaves obtiene nuevos datos sobre el control de la cría y alimentación de los primeros rebaños de ovejas domesticados encontrados en la región del Mediterráneo occidental durante el Neolítico. Los resultados, prueba excepcional por primera vez de cómo los primeros rebaños de ovejas domesticadas se alimentaban y reproducían en la Península Ibérica, son actualmente el primer ejemplo de modificación de los ritmos reproductivos estacionales de las ovejas con el objetivo de adaptarlos a las necesidades humanas.
El proyecto incluye enfoques técnicos basados en análisis de isótopos estables y microdesgaste dental de restos de animales de más de 7, Encontrado hace 500 años en el yacimiento neolítico de la cueva de Chaves en Huesca, en la región central de los Pirineos de España. La investigación fue coordinada desde el Laboratorio de Arqueozoología del Departamento de Antigüedad de la UAB, con la participación de investigadores de la Universidad de Zaragoza, el Museo de Historia Natural de París, y el Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social (IPHES) en Tarragona.
"La alteración de los ritmos de reproducción estacionales en el ganado representó un gran hito para las sociedades prehistóricas, permitiendo tener acceso a carne y leche durante todo el año, y esto, a su vez, tuvo un gran impacto en la dieta, sobre la economía y la organización social de las primeras comunidades agrícolas, y sentar las bases de las estrategias agrarias que se siguen llevando a cabo en la actualidad. Hasta hace muy poco, Se pensaba que la cría de animales en el período neolítico estaba en sus etapas iniciales, Aunque las nuevas posibilidades en los análisis biogeoquímicos utilizados en este estudio han revelado prácticas de cría que estaban plenamente consolidadas desde el comienzo del Neolítico, "dice la Dra. María Saña, profesor del Departamento de Prehistoria de la UAB y coordinador del proyecto.
La domesticación de ovejas no se produjo en la Península Ibérica. Su agriotipo, el Ovis orientalis, se puede encontrar en el centro y sureste de Asia. “Lo que sorprende es la rapidez con la que las ovejas se integran en las estrategias ganaderas y su enorme importancia económica en los primeros períodos del Neolítico. Lo que vemos es una adopción rápida y exitosa, lo que demuestra que sus mecanismos de adaptación tanto al nuevo entorno como a su nuevo rol económico eran bien conocidos y controlados por una parte de las comunidades humanas. Las presiones selectivas aplicadas sobre la especie fueron artificiales, perseguían objetivos específicos y estaban bien definidos. Esta nueva evidencia representa un punto de inflexión en la investigación sobre la domesticación animal y los orígenes de la cría de animales. Fue posible gracias al nuevo enfoque que tomamos con este estudio, centrado en explorar los cambios en la cría y alimentación de estos primeros rebaños de ovejas, "afirma Alejandro Sierra, investigador de la UAB y de la Universidad de Zaragoza, y primer autor del artículo publicado recientemente en Revista de Ciencias Arqueológicas:Informes.
La investigación se centró en el estudio de la cría de ovejas en la cueva neolítica de Chaves (5600-5300 a. C.) en las estribaciones de los Pirineos, un sitio que es "espectacular por la calidad y cantidad de restos recuperados. En comparación con los niveles de fauna neolítica, sus 12, 754 restos reconocibles son al menos el triple de lo que se encuentra en otros sitios neolíticos de la península, siendo las ovejas y cabras domesticadas las especies más numerosas, y con la mayor presencia de cerdos de todos los yacimientos neolíticos. Todo esto apunta al establo de animales y al tipo de asentamiento estable que se sabe que se dedica a la cría de animales, y dentro de una gran cueva que tenía 3, 000 metros cuadrados de espacio habitable, "afirma Pilar Utrilla, catedrático de la Universidad de Zaragoza y director de las Intervenciones Arqueológicas.
Los resultados obtenidos en el emplazamiento de Chaves muestran que en la Península Ibérica, el nacimiento de corderos también se produjo en las temporadas de otoño e invierno, que es lo que ahora se considera un parto "fuera de la temporada óptima", un aspecto que contrasta significativamente con los regímenes ganaderos documentados en otras partes de Europa durante el Neolítico, con nacimientos que ocurren principalmente en primavera. La modificación de los ciclos naturales de parto de las ovejas salvajes afectó la fisiología de los animales de esta especie, prolongando su período de fertilidad. Ese fue el resultado de un control humano más intenso y continuo, alterar las interacciones entre mujeres y hombres, una estrategia de cría que buscaba una mayor previsibilidad en la producción ganadera. "El nacimiento otoñal a principios del Neolítico en la cueva de Chaves confirmaría la antigüedad de esta práctica en la cuenca del Mediterráneo occidental, lo que implica una combinación de la capacidad biológica de las ovejas, habilidades zootécnicas de los agricultores, y condiciones ambientales favorables, "afirma la Dra. Marie Balasse, investigador del Museo de Historia Natural de París.
El estudio también demuestra que este mayor control y presión selectiva también tuvo un efecto sobre la dieta y el movimiento de la especie. Al aplicar por primera vez una combinación de microdesgaste dental y análisis de isótopos estables de C-13 y O-18 en muestras secuenciales de bioapatita de esmalte del segundo y tercer molar, Los científicos pudieron detectar que el rebaño de ovejas en Chaves no consumía una dieta muy variada, ni entre las ovejas ni durante todo el año. Los resultados del microdesgaste dental muestran que las ovejas del Neolítico tenían una dieta más controlada que los animales salvajes que vivían en el mismo tipo de ambientes y que pastaban en buenas coberturas vegetales. con muy poco impacto humano en sus vidas. Las ovejas pastaban cerca de la cueva durante la mayor parte del año, y probablemente también fueron alimentados con forrajes. La verificación del uso de forrajes extraordinarios también es una novedad. “Los resultados de lo que comieron las ovejas de la cueva de Chaves son sorprendentes en comparación con lo que esperábamos. Pudimos documentar dietas que consistían en diferencias intensivas y establecidas entre ovejas jóvenes y adultas, y estas características pueden estar relacionadas con un estricto control de la producción ganadera durante los primeros períodos del Neolítico, "afirma el Dr. Florent Rivals, Profesor investigador ICREA en el IPHES.
“Los resultados obtenidos en la cría y alimentación del ovino de la cueva de Chaves son claves para el descubrimiento de sistemas económicos en las primeras sociedades agrarias de la Península Ibérica. La nueva metodología aplicada en este estudio será sin duda fundamental para profundizar en el estudio de la ganadería en Tiempos prehistóricos, "concluye el Dr. Alejandro Sierra.