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    Las instituciones de castigo visibles son clave para promover la cooperación a gran escala

    Los dilemas sociales están siempre presentes en la sociedad contemporánea, con la gente "engañando al sistema" y poniendo en peligro los resultados colectivos en lugar de sus propias ganancias personales.

    Usar exceso de agua durante las restricciones de verano, evitar el pago de impuestos y negarse a votar son todos ejemplos de estafa a un bien público.

    Una forma de superar estos dilemas sociales es a través de instituciones prosociales, arreglos en los que aquellos que no contribuyen al bien común son castigados. Desde una perspectiva matemática, explicando el origen de estas instituciones, de incentivos individuales, es problemático, porque es difícil incentivar a las personas para que contribuyan a establecer tales instituciones.

    Sin embargo, Una nueva investigación internacional ha descubierto que una forma de superar estos dilemas sociales es mediante el castigo prosocial visible:la existencia de instituciones colectivas que castigan a las personas que no cooperan.

    Un nuevo modelo computacional muestra que la percepción de la posibilidad de castigo (por ejemplo, por medio de multas) es clave para allanar el camino a las instituciones que prevengan los comportamientos antisociales.

    Dr. Julián García, Profesor titular de la Facultad de Tecnología de la Información de la Universidad de Monash, y el profesor Arne Traulsen, del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva en Alemania, descubrió que el castigo en sí mismo no es suficiente para promover el comportamiento prosocial. Además, las instituciones que implementan este castigo deben ser visibles y publicitadas.

    "La mayoría de las sociedades modernas ponen la aplicación de la ley en manos de las instituciones y no permiten que sus ciudadanos castiguen a otros directamente, "Dijo el Dr. García.

    “Nuestro modelo sugiere que el instinto humano de no tomar la ley en nuestras propias manos está justificado. El valor de la señal conferida por la presencia de instituciones de castigo puede ser crucial para promover el tipo de cooperación que observamos en los humanos.

    "Estos hallazgos son útiles para comprender los dilemas sociales contemporáneos, y el potencial de las instituciones para solucionarlos ".

    Los investigadores utilizaron un modelo matemático y computacional para comprender los incentivos y la efectividad proporcionados por el castigo prosocial a la luz de la tendencia de algunos individuos a "engañar" al sistema.

    A diferencia del castigo antisocial, donde las personas buenas son castigadas por infractores de la ley de alguna manera vengativa, los resultados del estudio mostraron que las estrategias de castigo prosocial pueden preservar el bien público y generar un comportamiento cooperativo.

    "Demostramos que las instituciones desempeñan un papel a la hora de permitir que la sociedad funcione de manera integral, no solo mediante la aplicación de castigos a los infractores de la ley, sino también a través de su visibilidad, "Dijo el Dr. García.

    "Este trabajo también es útil para comprender cómo diseñar grupos de agentes artificiales en los que la cooperación es una característica emergente requerida".


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