1. Evapotranspiración reducida:
* Los bosques actúan como bombas gigantes: Los árboles absorben grandes cantidades de agua del suelo a través de sus raíces. Esta agua se libera a la atmósfera a través de la transpiración (evaporación de las hojas).
* La deforestación interrumpe este ciclo: Cuando se despejan los bosques, la cantidad de agua ocurrida a la atmósfera disminuye significativamente. Esta reducción en la evapotranspiración conduce a una disminución de la humedad atmosférica.
2. Circulación atmosférica alterada:
* Los bosques crean su propio microclima: Los bosques generan precipitaciones localizadas al influir en los patrones de circulación atmosférica. Liberan la humedad en el aire, lo que se condensa para formar nubes y precipitaciones.
* La deforestación interrumpe este microclima: La eliminación de árboles altera los patrones de flujo de aire y reduce la cantidad de humedad disponible para la formación de nubes.
3. Reducción de la humedad del suelo:
* Las toldos de bosques actúan como un escudo: Las copas de los bosques protegen el suelo de la luz solar directa y el viento, lo que ayuda a retener la humedad.
* La deforestación expone el suelo: Sin el dosel protector, el suelo se vuelve más susceptible a la evaporación y la erosión, lo que lleva a una reducción de la humedad del suelo.
4. Disminución de la formación de nubes:
* Los aerosoles forestales proporcionan núcleos de condensación: Las pequeñas partículas emitidas a partir de los árboles actúan como núcleos de condensación en la atmósfera, proporcionando superficies para que el vapor de agua se condense y forme nubes.
* La deforestación reduce estas partículas: Cuando se destruyen los bosques, la concentración de estos núcleos de condensación disminuye, obstaculizando la formación de nubes y la precipitación.
5. Aumento de la escorrentía y erosión:
* Las raíces del bosque mantienen juntas el suelo: Los extensos sistemas de raíces de los árboles unen el suelo y evitan la erosión.
* La deforestación debilita la estructura del suelo: Sin los sistemas de raíz protectores, el suelo se suelta y más propenso a la erosión. El aumento de la escorrentía reduce aún más la humedad del suelo y obstaculiza la capacidad de la tierra para absorber el agua.
En general, los efectos combinados de estos factores crean un ciclo de retroalimentación: Menos lluvia conduce a condiciones más secas, lo que reduce aún más la evapotranspiración, lo que resulta en una precipitación incluso menos. Este ciclo puede perpetuarse, lo que lleva a un clima más seco y una mayor vulnerabilidad a las sequías.
Además de estos impactos directos, la deforestación también contribuye al cambio climático global al reducir la capacidad de la Tierra para absorber dióxido de carbono, exacerbando aún más el problema de la sequía climática.