* Compactación del suelo: Presionar firmemente el suelo durante el arado puede crear una capa densa y dura llamada "sartén". Esta sartén restringe el crecimiento de la raíz, reduce la infiltración de agua y dificulta la circulación del aire.
* Drenaje reducido: El agua no puede penetrar el suelo compactado fácilmente, lo que lleva a anegarse y posibles daños en la raíz. Esto también puede crear condiciones anaeróbicas que dañan los organismos beneficiosos del suelo.
* Disponibilidad de nutrientes: El suelo compactado puede limitar el movimiento de nutrientes y agua, lo que dificulta que las plantas accedan a estos elementos esenciales.
* Erosión: El suelo duro y compactado es más susceptible a la erosión por el viento y la lluvia, lo que lleva a la pérdida de suelo y disminuyó la fertilidad.
* Estructura del suelo: El arar demasiado profundamente y estrechamente puede interrumpir la estructura natural del suelo, dañando las lombrices de tierra y otros organismos beneficiosos que contribuyen al suelo saludable.
En lugar de los objetivos apretados y de arado para:
* aflojamiento y aireación: El objetivo es crear un suelo flojo y bien avanzado que promueva el crecimiento de la raíz, la infiltración de agua y la disponibilidad de nutrientes.
* Profundidad adecuada: La profundidad de arado debe ajustarse según el tipo de suelo y los requisitos de cultivo. La exageración puede ser tan perjudicial como la falta de trabajo.
* perturbación mínima: Las prácticas modernas a menudo se centran en técnicas mínimas de labranza para preservar la estructura del suelo y sus habitantes beneficiosos.
En resumen, la presión de la luz durante el arado es esencial para el suelo saludable y el crecimiento exitoso de los cultivos.