Aire enrarecido. La densidad del aire disminuye al aumentar la altitud. Esto significa que hay menos aire para proporcionar oxígeno a las personas y a los animales a gran altura. Además, la disminución de la densidad del aire dificulta que el cuerpo se enfríe, lo que puede provocar estrés por calor. La combinación de estos dos efectos puede hacer que permanecer a baja altitud sea importante en áreas no cercanas al nivel del mar. Esto sería necesario para dar tiempo a un ajuste adecuado.