Los fenómenos meteorológicos pueden contribuir a los patrones y la variabilidad del clima. Por ejemplo, los patrones climáticos persistentes durante un período prolongado pueden influir en las tendencias climáticas. Una serie consecutiva de veranos calurosos o inviernos fríos puede contribuir a cambios climáticos a largo plazo. Los fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes o tormentas severas, también pueden afectar el clima local o regional al provocar cambios significativos en la temperatura, los patrones de precipitación y los ecosistemas.
Sin embargo, el tiempo en sí no causa ni cambia directamente el clima global en general. Los principales factores que influyen en el cambio climático a escala global son los cambios a largo plazo en el equilibrio energético de la Tierra, impulsados por procesos naturales (como erupciones volcánicas y variaciones de la radiación solar) y actividades humanas (principalmente emisiones de gases de efecto invernadero). Estos factores alteran gradualmente las condiciones climáticas promedio durante un período prolongado, lo que lleva al cambio climático y sus impactos asociados en los ecosistemas, los niveles del mar y las temperaturas globales.