Hay muchas actividades humanas que pueden afectar el sistema terrestre, incluidas la contaminación, la deforestación, la superpoblación y el cambio climático. Sin embargo, también existen algunas actividades humanas que no afectan al sistema terrestre. Por ejemplo, leer un libro, jugar una partida de ajedrez o salir a caminar por el parque no tienen ningún impacto directo en el medio ambiente de la Tierra.