Cuando una manzana está en un árbol, la fuerza que actúa sobre ella está equilibrada. La fuerza de gravedad que empuja la manzana hacia abajo se equilibra con la fuerza del tallo que sostiene la manzana hacia arriba. Esto significa que la fuerza neta sobre la manzana es cero y permanece estacionaria.
Si el tallo se rompiera, la fuerza de gravedad ya no estaría equilibrada y la manzana caería al suelo. Esto se debe a que no habría ninguna fuerza que actuara hacia arriba para contrarrestar la fuerza de gravedad.