Los factores que contribuyen a la relativa estabilidad de los biomas incluyen los siguientes:
- Clima: El clima de un bioma determina los tipos de plantas y animales que pueden vivir allí. Un clima relativamente estable sustentará una comunidad estable de organismos.
- Suelo: El suelo de un bioma proporciona nutrientes a las plantas y ayuda a sustentar la red alimentaria. Las condiciones estables del suelo sustentarán un ecosistema estable.
- Agua: La disponibilidad de agua es esencial para toda la vida. Un suministro estable de agua sustentará un ecosistema estable.
- Biodiversidad: La diversidad de especies en un bioma contribuye a su estabilidad. Un ecosistema diverso es más resistente a las perturbaciones y puede adaptarse mejor a las condiciones cambiantes.
Todos estos factores están interconectados y son interdependientes. Un cambio en un factor puede afectar a los demás, lo que luego puede conducir a un cambio en todo el bioma. Por ejemplo, si el clima de un bioma cambia, puede volverse demasiado caluroso o seco para que algunas plantas y animales sobrevivan. Esto podría provocar una disminución de la población de estas especies, lo que tendría un impacto negativo en la red alimentaria.
A pesar de estos desafíos, los biomas pueden ser ecosistemas relativamente estables. Esto se debe al hecho de que se adaptan y cambian constantemente en respuesta a las condiciones ambientales. Mientras se mantengan los factores clave que contribuyen a la estabilidad, los biomas pueden persistir durante largos períodos de tiempo.