Parasitoides autóctonos
Los estudios indican que los parasitoides nativos en las regiones invadidas pueden potencialmente suprimir las poblaciones de LBAM. Las especies autóctonas pueden poseer adaptaciones específicas al entorno local, el clima y la población huésped, lo que las hace más adecuadas para proporcionar control natural. Varios parasitoides autóctonos han mostrado resultados prometedores en el manejo de poblaciones de LBAM:
Encarsia pergandiella: Este parasitoide es autóctono de América del Norte y ataca los huevos de LBAM. Los estudios indican que tiene el potencial de suprimir las poblaciones de LBAM y puede establecerse con éxito en nuevos entornos.
Diachasmimorpha longicaudata: Este parasitoide autóctono está muy extendido por toda América. Ataca las etapas inmaduras de LBAM y se ha descubierto que causa niveles significativos de parasitismo en algunas regiones.
Anagyrus pseudococos: Este parasitoide autóctono se encuentra comúnmente en regiones tropicales y subtropicales, incluidas partes de los Estados Unidos y América del Sur. Se dirige a varios insectos de escamas blandas y también ha demostrado potencial en el manejo de LBAM.
Utilizando parasitoides autóctonos:
Combinar la liberación de parasitoides autóctonos con otras medidas de control, como prácticas culturales, control químico y alteración del apareamiento, puede contribuir a una estrategia de manejo integrado de plagas (MIP) para LBAM. La integración de enemigos naturales autóctonos puede mejorar la eficacia de los programas de control biológico, reducir la dependencia de pesticidas sintéticos y promover la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.
Es fundamental realizar estudios exhaustivos y evaluaciones de riesgos antes de implementar cualquier estrategia de control biológico. Se debe considerar cuidadosamente el impacto potencial sobre los insectos no objetivo, incluidas las especies nativas beneficiosas. Investigadores, entomólogos y autoridades reguladoras trabajan juntos para evaluar la idoneidad de los parasitoides autóctonos para controlar especies invasoras y desarrollar programas de control biológico con base científica que minimicen los riesgos ecológicos.