La tensión superficial es la fuerza que hace que los líquidos formen gotas y perlas. Es causada por la atracción entre las moléculas de agua. Cuando la pata de un insecto toca el agua, las moléculas de agua son atraídas hacia la pata y forman una fina capa a su alrededor. Esta capa de agua soporta el peso del insecto, permitiéndole caminar sobre la superficie.
Los insectos también tienen estructuras especiales en las patas que les ayudan a caminar sobre el agua. Estas estructuras incluyen pequeños pelos y cerdas que aumentan la superficie de la pata, lo que ayuda a distribuir el peso del insecto de manera más uniforme. Además, algunos insectos tienen garras o ganchos en las patas que les ayudan a agarrarse a la superficie del agua.
Combinando la tensión superficial y las estructuras especiales de sus patas, los insectos pueden caminar sobre el agua.