Los gorilas de montaña están en peligro crítico de extinción y viven en zonas remotas y, a menudo, de difícil acceso, lo que dificulta la realización de estudios de población precisos. Además, los gorilas son muy móviles y viven en grupos sociales fluidos, lo que puede dificultar el seguimiento y el seguimiento de sus movimientos y la dinámica de su población. Los investigadores emplean diversas técnicas, como encuestas, recuentos de nidos y análisis genéticos, para estimar el tamaño de la población de gorilas de montaña, pero enfrentan limitaciones debido a la inaccesibilidad de su hábitat y la naturaleza reservada de la especie.