Una de las primeras formas de segregación residencial en los Estados Unidos fue el establecimiento de "ciudades al atardecer", comunidades donde a las personas de color no se les permitía vivir ni quedarse después del anochecer. Estas ciudades a menudo se crearon mediante leyes de zonificación que restringían a los residentes no blancos comprar o alquilar propiedades en ciertas áreas. Otras formas de segregación residencial incluyeron la línea roja, una práctica en la que los bancos se negaban a prestar dinero a personas de color para comprar casas en ciertos vecindarios, y convenios restrictivos, que eran acuerdos entre propietarios de no vender sus casas a personas de color.
La segregación residencial ha tenido un impacto devastador en las comunidades de color en los Estados Unidos. Ha provocado un aumento de la pobreza, la delincuencia y los problemas de salud, y ha contribuido a la falta de oportunidades para las personas de color en muchas áreas. También ha dificultado que las personas de color generen riqueza y activos, lo que ha perpetuado el ciclo de pobreza.
Hoy en día, la segregación residencial sigue siendo un problema importante en los Estados Unidos. Si bien la Ley de Vivienda Justa de 1968 declaró ilegal la discriminación contra las personas de color en materia de vivienda, todavía hay muchas formas en que la segregación residencial continúa existiendo. Por ejemplo, los precios de la vivienda en muchas áreas siguen siendo más altos para las personas de color que para los blancos, y es más probable que las personas de color vivan en vecindarios con viviendas de menor calidad y menos comodidades.
La segregación residencial es una forma de racismo estructural que ha tenido un impacto devastador en las comunidades de color en los Estados Unidos. Es una cuestión compleja con profundas raíces históricas y será necesario un esfuerzo concertado para abordarla y crear comunidades más justas y equitativas.
Estas son algunas de las formas específicas en que la segregación residencial tiene sus raíces en el racismo:
* Políticas y prácticas históricas: Muchas de las políticas y prácticas que crearon y mantuvieron la segregación residencial fueron explícitamente racistas. Por ejemplo, los mapas de líneas rojas de la FHA de las décadas de 1930 y 1940 fueron diseñados explícitamente para impedir que los afroamericanos compraran casas en barrios blancos.
* Dirección racial: La dirección racial es la práctica de dirigir a las personas de color a ciertos vecindarios y al mismo tiempo disuadirlas de vivir en otros. Esta práctica suele ser llevada a cabo por agentes inmobiliarios y propietarios, y puede tener un impacto significativo en el lugar donde viven las personas de color.
* Falta de vivienda asequible: La falta de viviendas asequibles en muchas áreas dificulta que las personas de color se muden a vecindarios más integrados. Esto se debe en parte a las políticas y prácticas históricas que han llevado a la segregación residencial, así como al hecho de que las personas de color tienen más probabilidades de ser pobres que los blancos.
* Discriminación: Las personas de color a menudo enfrentan discriminación cuando intentan alquilar o comprar casas en vecindarios blancos. Esta discriminación puede adoptar muchas formas, desde que se le niegue una hipoteca hasta el acoso de los vecinos.
La segregación residencial es un tema complejo con profundas raíces históricas, y será necesario un esfuerzo concertado para abordarlo y crear comunidades más justas y equitativas.