Los coyotes son nativos de América del Norte y generalmente se asocian con áreas abiertas como pastizales y matorrales. Sin embargo, su área de distribución se ha ampliado en las últimas décadas y ahora se encuentran en una variedad de hábitats, incluidos bosques y áreas urbanas.
En el Amazonas, los investigadores instalaron cámaras trampa en sitios de Bolivia y Brasil como parte de un estudio sobre la diversidad y distribución de los mamíferos. Inesperadamente, capturaron múltiples imágenes de coyotes en ambos países, marcando los primeros registros confirmados de la especie en América del Sur.
Los investigadores creen que la expansión del área de distribución del coyote y su establecimiento en América del Sur podría tener varias implicaciones ecológicas. Los coyotes son depredadores oportunistas que se alimentan de pequeños mamíferos, aves, reptiles e incluso frutas. Su presencia podría alterar las cadenas alimentarias y las interacciones ecológicas de las especies nativas del Amazonas, en particular las aves y los pequeños mamíferos que anidan en el suelo.
Además, se sabe que los coyotes se alimentan de ganado, como ovejas, cabras y terneros. Su presencia en la región podría representar una amenaza para la agricultura y los medios de vida locales, especialmente para los pequeños agricultores y ganaderos.
Como los coyotes son altamente adaptables y pueden prosperar en una variedad de entornos, su presencia en el Amazonas genera preocupaciones sobre sus posibles impactos en la biodiversidad única de la región, así como la necesidad de estrategias para gestionar su población y mitigar cualquier posible consecuencia negativa.