Efecto Albedo: El césped tiene un albedo relativamente alto, lo que significa que refleja una parte importante de la luz solar que le llega. Reemplazar el césped con otros materiales, como concreto o asfalto, puede disminuir el albedo de un área y provocar una mayor absorción de la radiación solar, lo que resulta en temperaturas superficiales más altas.
Evaporación y Transpiración: El césped libera humedad a través de la evaporación y la transpiración, lo que contribuye al enfriamiento del entorno circundante. Quitar el césped reduce este efecto de enfriamiento, lo que genera temperaturas potencialmente más cálidas.
Sombra: El césped proporciona sombra, lo que ayuda a reducir la temperatura de la superficie. Reemplazar el césped con materiales que no brinden sombra puede resultar en una mayor exposición a la luz solar y temperaturas superficiales más altas.
Masa térmica: Materiales como el hormigón y el asfalto tienen una masa térmica mayor en comparación con el césped. Esto significa que absorben y almacenan más calor durante el día y lo liberan lentamente durante la noche, lo que contribuye al efecto de isla de calor urbana.
Vegetación: La introducción de otros tipos de vegetación, como árboles, arbustos y plantas nativas, puede ayudar a mitigar el aumento de calor asociado con la eliminación del césped. La vegetación proporciona sombra, libera humedad y mejora la evapotranspiración, lo que genera temperaturas más frías.
Diseño y materiales del edificio: El diseño y los materiales utilizados en los edificios y la infraestructura pueden influir en el calor urbano. La incorporación de superficies reflectantes, techos verdes y pavimentos frescos puede ayudar a reducir la absorción de calor y mitigar los efectos de la eliminación del césped.
Microclima: El microclima específico de la zona urbana también influye. Factores como los patrones del viento, la humedad y la presencia de cuerpos de agua pueden influir en la dinámica del calor.
Por lo tanto, el impacto de la eliminación del césped sobre el calor urbano es una cuestión compleja que depende de varios factores. Una planificación cuidadosa, la selección de materiales alternativos apropiados y la incorporación de prácticas de paisajismo sostenibles pueden minimizar el aumento de calor y al mismo tiempo lograr los objetivos de conservación del agua.