Pero aunque se estaban debatiendo cuestiones ambientales, el estudio científico de la ecología todavía estaba en sus inicios. La ecología es el estudio de la interrelación entre los organismos y su entorno. Duna ayudó a popularizar el concepto de ecología y generó conciencia sobre el delicado equilibrio entre los humanos y el mundo natural.
La novela se centra en el planeta desértico Arrakis, un mundo duro e inhóspito donde el agua es escasa y el único recurso valioso es una droga llamada especia. El planeta alberga una variedad de criaturas que se han adaptado al duro entorno, incluidos los gusanos de arena gigantes que viven debajo de la superficie de la arena.
La novela de Herbert, que comienza con la frase “En el principio había especias”, describe un vasto e intrincado ecosistema desértico que alberga numerosas y complejas formas de vida, todas ellas dependientes de las especias para sobrevivir. Dune describe una ecología desértica en la que los organismos no necesariamente compiten entre sí, sino que dependen unos de otros para sobrevivir.
La descripción que hace Herbert de Arrakis como un ecosistema frágil en el que la intervención humana tiene consecuencias desastrosas resuena con las preocupaciones del movimiento ambientalista.
La descripción que hace la novela del pueblo Fremen, que vive en armonía con el entorno desértico, también destaca la importancia de respetar la naturaleza y reconocer la interconexión de toda la vida.
En este sentido, Dune proporcionó una visión temprana de las complejas interacciones entre los organismos y su entorno, destacando las consecuencias de gran alcance de las acciones humanas en el mundo natural.
Dune inspiró a muchos lectores a pensar más profundamente sobre las relaciones entre los humanos y el medio ambiente natural, y la novela es considerada una de las obras de ciencia ficción más influyentes jamás escritas.