En un estudio reciente, la Dra. Tamara Beauboeuf-Lafontant, profesora asistente de sociología en la Universidad de Pensilvania, exploró cómo esta hostilidad conlleva consecuencias nefastas para las mujeres negras en la educación superior. Las participantes de su estudio, todas mujeres negras, describieron sentirse aisladas, desanimadas e incluso inseguras en el campus. Sintieron que los profesores y los administradores no tomaron en serio sus experiencias y que no recibieron el apoyo que necesitaban para tener éxito.
Los hallazgos de la Dra. Beauboeuf-Lafontant son consistentes con otros estudios que han analizado las experiencias de las mujeres negras en la educación superior. Estos estudios han descubierto que las mujeres negras tienen más probabilidades que sus homólogas blancas de sufrir discriminación racial, acoso sexual y otras formas de hostilidad. También es más probable que se sientan infravalorados y sin apoyo de sus instituciones.
El entorno hostil que enfrentan las mujeres negras en la educación superior puede tener un profundo impacto en su capacidad para triunfar. Puede hacer que se sientan menos seguros de sus capacidades y menos propensos a persistir. También puede provocar problemas de salud mental, como ansiedad y depresión.
Las instituciones de educación superior deben crear un entorno seguro y de apoyo para las mujeres negras. Necesitan proporcionar programas y servicios que aborden específicamente las necesidades de esta población. También deben adoptar un enfoque proactivo para combatir el racismo y el sexismo.
Sólo creando un entorno más acogedor e inclusivo para las mujeres negras las instituciones de educación superior pueden esperar lograr una verdadera equidad.