2. Ciclos de vida cortos: Los insectos suelen tener ciclos de vida cortos, lo que permite más generaciones y oportunidades de adaptación y diversificación.
3. Altas tasas reproductivas: Los insectos suelen producir una gran cantidad de crías, lo que aumenta sus posibilidades de supervivencia y una mayor diversidad genética.
4. Hábitats diversos: Los insectos ocupan una amplia gama de hábitats, desde desiertos hasta selvas tropicales, lo que ha obligado a su adaptación y especialización.
5. Coevolución: Los insectos han coevolucionado con otros organismos, incluidas plantas y otros animales, lo que ha dado lugar a relaciones complejas y una mayor diversificación.
6. Falta de competencia: Los insectos se han enfrentado a menos competencia de otros organismos en comparación con los humanos, lo que ha permitido su proliferación.
7. Funciones ecológicas: Los insectos cumplen diversas funciones ecológicas, como la polinización, la descomposición y el ciclo de nutrientes, lo que ha contribuido aún más a su diversidad.
Por el contrario, los humanos pertenecen al orden de los primates, que tiene un número relativamente bajo de especies. Los factores que influyen en la diversidad humana incluyen tasas de reproducción más lentas, ciclos de vida más largos y una dependencia de un número menor de hábitats en comparación con los insectos.