Además de su papel como indicadores del cambio ambiental, las polillas también pueden proporcionar información sobre cómo los organismos utilizan los recursos. Por ejemplo, se sabe que algunas especies de polillas se especializan en ciertos tipos de plantas, mientras que otras son más generalistas y se alimentan de una variedad de plantas. Al estudiar las dietas de diferentes especies de polillas, los científicos pueden aprender más sobre las interacciones tróficas que ocurren dentro de los ecosistemas y cómo estas interacciones pueden verse afectadas por el cambio ambiental.
En general, las polillas son herramientas valiosas para estudiar el cambio ambiental y cómo los organismos utilizan los recursos. Al estudiar las polillas, los científicos pueden comprender mejor los impactos de las actividades humanas en el medio ambiente y desarrollar estrategias para mitigarlos.