El marcado de olores se logra mediante el uso de glándulas especializadas para depositar olores en diversas superficies, como árboles, rocas y hojas. Estos aromas suelen estar compuestos de una mezcla de productos químicos, incluidos esteroides, terpenos y ácidos grasos. Cada especie de lémur tiene su propio perfil olfativo único, lo que les permite ser identificados por otros lémures.
Además de comunicar su identidad, los olores también se pueden utilizar para atraer parejas. Los lémures machos suelen utilizar marcas olfativas para anunciar su disponibilidad a las hembras. Las hembras también pueden utilizar olores para atraer a los machos, pero normalmente lo hacen de una manera más sutil que los machos.
El marcado olfativo también se puede utilizar para defender el territorio. Los lémures a menudo marcan los límites de su territorio con olores, que sirven como advertencia para que otros lémures se mantengan alejados. Este tipo de marcado olfativo es particularmente importante para los lémures que viven en poblaciones de alta densidad.
En general, el marcado olfativo es una forma vital de comunicación para los lémures. Les permite transmitir una variedad de información, incluida su identidad, sexo, estado reproductivo y límites territoriales.