Los incendios forestales en Australia en 2019 y 2020 fueron tan graves que afectaron el agujero en la capa de ozono, dicen los investigadores.
Los catastróficos incendios forestales del "Verano Negro" de Australia afectaron significativamente el agujero en la capa de ozono de la Tierra, según un nuevo informe publicado el viernes.
El informe, que apareció en Nature revista Informes científicos , trazó un vínculo desde el humo sin precedentes liberado por los incendios hasta el agujero de ozono sobre la Antártida.
Los incendios, que arrasaron 5,8 millones de hectáreas del este de Australia a fines de 2019 y principios de 2020, fueron tan intensos que provocaron la formación de docenas de nubes pirocumulonimbus infundidas con humo.
Las nubes Pyrocumulonimbus, a las que la NASA se refiere como el "dragón de las nubes que escupe fuego", son tan poderosas que pueden afectar el clima local, causando tornados de fuego y tormentas eléctricas.
Durante el "Verano Negro", estas nubes arrojaron más humo a la atmósfera que el récord anterior, establecido por los incendios forestales de América del Norte de 2017.
Alrededor del Año Nuevo de 2019, los incendios descontrolados a lo largo de la costa este de Australia provocaron un evento de pirocumulonimbus que se prolongó durante días.
El resultado fue "millones de toneladas métricas de humo y gases asociados inyectados en la troposfera superior y la estratosfera inferior", según investigadores de la Universidad de Exeter y la Universidad de Manchester.
Una acumulación de partículas de humo, a su vez, provocó que la estratosfera inferior se calentara a niveles no vistos desde la erupción del Monte Pinatubo en 1991, encontraron.
Debido a este calentamiento estratosférico, los incendios también prolongaron el agujero de ozono antártico, que aparece sobre la Antártida cada primavera y "alcanzó niveles récord en las observaciones de 2020".
Ganancias de ozono amenazadas
El agujero fue creado por primera vez por la contaminación humana, en particular los clorofluorocarbonos (CFC) que alguna vez emitieron muchos refrigeradores, pero en las últimas décadas, la cooperación global le ha dado a la capa de ozono la oportunidad de repararse.
El Protocolo de Montreal, firmado en 1987 y ratificado desde entonces por 195 países, redujo drásticamente la cantidad de CFC en la atmósfera y se esperaba que la capa de ozono se recuperara por completo para 2060, según el modelo de las Naciones Unidas.
Sin embargo, los investigadores advierten que debido a que el cambio climático aumentará la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales, será más probable que ocurran eventos similares, en los que las nubes pirocumulonimbos lanzan humo hacia la estratosfera.
El profesor James Haywood dijo a la AFP que el cambio climático podría obstaculizar "absolutamente" los avances logrados por el Protocolo de Montreal.
"Nuestros modelos climáticos sugieren un aumento en la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales en el futuro debido al calentamiento global. Esto puede conducir a más eventos como ese en 2020, lo que a su vez podría conducir a un mayor agotamiento de la capa de ozono", dijo.
"Entonces, los esfuerzos considerables que hemos realizado para proteger el agujero de ozono podrían verse frustrados por el calentamiento global".
© 2022 AFP El humo de los grandes incendios forestales destruye la capa de ozono, según un estudio